La Generalitat catalana duda de la promesa de Aznar de bajar el IRPF sin afectar a sus ingresos

La Generalitat no ve nada claro que la futura reforma del impuesto sobre la renta de las personas físicas (IRPF) no afecte al tramo del 30% cedido a las comunidades autónomas. Por la mañana, el consejero de Economía, Artur Mas, expresó sus dudas de que técnicamente sea posible lo que promete el Gobierno. Por la tarde, Jordi Pujol, tras un nuevo encuentro con el vicepresidente Rodrigo Rato, afirmó que hay "un pacto" para que la reforma del impuesto no suponga "ni un duro menos" para la Generalitat. La oposición en Cataluña puso el grito en el cielo por lo que pueda pasar y los socialistas dijer...

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La Generalitat no ve nada claro que la futura reforma del impuesto sobre la renta de las personas físicas (IRPF) no afecte al tramo del 30% cedido a las comunidades autónomas. Por la mañana, el consejero de Economía, Artur Mas, expresó sus dudas de que técnicamente sea posible lo que promete el Gobierno. Por la tarde, Jordi Pujol, tras un nuevo encuentro con el vicepresidente Rodrigo Rato, afirmó que hay "un pacto" para que la reforma del impuesto no suponga "ni un duro menos" para la Generalitat. La oposición en Cataluña puso el grito en el cielo por lo que pueda pasar y los socialistas dijeron que se confirmaba su predicción de que el sistema de financiación pactado entre PP y CiU acabaría en fracaso.

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Artur Mas recordó que "no hay dos IRPF, sino uno" y señaló que una modificación de la tarifa estatal cambia automáticamente la cedida a las autonomías, que no pueden fijar ni el número de tramos ni modificar la tarifa sobre la cual se aplica el 30%. El propio vicepresidente económico, Rodrigo Rato, admitió ayer que "no va a haber dos tarifas ni tramos distintos del IRPF, como no los hay ahora", aunque insistió que si la reforma del impuesto redujera la recaudación "sólo afectará al Estado", pero no a las autonomías.El consejero catalán de Economía advirtió que, pese a la reforma, la Generalitat debe mantener sus ingresos porque tiene la garantía de la Ley Orgánica de Financiación de las Comunidades Autónomas (LOFCA) y la "garantía política" del Gobierno de que no perderá ingresos.

Para despejar las dudas de su consejero de Economía, el presidente de la Generalitat, Jordi Pujol, volvió a entrevistarse de nuevo con Rato. Tras este encuentro, Pujol dijo: "Cataluña no debe tener ni un duro menos a consecuencia de la reforma. Hay un pacto en este sentido". El nuevo IRPF, que el Gobierno quiere aplicar desde 1999 (declaraciones del año 2000) será uno de los asuntos que aborden hoy el presidente del Gobierno, José María Aznar, y el de la Generalitat, Jordi Pujol, durante la entrevista que mantendrán en el Palacio de la Moncloa.

Rato insistió en Barcelona en que la reforma sólo afectará al 70% del tramo estatal y remachó que si se produjeran menos ingresos sólo "afectarían a los Presupuestos del Estado" y no a los de las 12 comunidades autónomas que tienen cedido este impuesto.

Con todo, Rato hizo una invitación implícita a las comunidades a incrementar la presión fiscal sobre el 30% que tienen cedido si desean más recursos. "Solo el Estado fija los tramos y las tarifas", dijo, "pero las comunidades tienen capacidad para bajarlas o subirlas en un 20%".

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Una "trampa" para Pujol

La oposición en Cataluña ha interpretado que el Gobierno del PP ha tendido una trampa a la Generalitat, que no puede, por el coste político que supondría, subir los impuestos para compensar una eventual caída de la recaudación, ni puede bajarlos como quiere hacer el Gobierno dado el elevado endeudamiento de las finanzas autonómicas. Para los socialistas catalanes lo que se está demostrando es que el sistema de financiación pactado entre CIU y PP ha fracasado.El consejero de Economía de la Generalitat precisó ayer que la capacidad de las comunidades para modificar el impuesto es "limitada". "El Estado tiene capacidad normativa sobre el 100% del impuesto. Si la reforma del IRPF acabase afectando a los ingresos de la Generalitat deberíamos pedir mecanismos de compensación, así como garantías legales y políticas, porque no podríamos apoyar una reforma del impuesto que ponga en cuestión la prestación de los servicios básicos que da la Generalitat".

Mas dijo que el Ejecutivo catalán está de acuerdo con la reforma del IRPF, siempre que se cumplan tres condiciones: "Que se simplifique el impuesto, que afecte a todos los contribuyentes y que siga siendo un impuesto compartido".

Rato señaló que el borrador que prepara el Gobierno será dado a conocer a finales de este mes o principios de febrero. El vicepresidente segundo afirmó que los principales cambios en el impuesto son reducir el número de tramos de los ocho actuales a tres o cinco y rebajar la presión fiscal de todos los contribuyentes. El tipo más alto, el 56%, bajará en tres años al 40%.

El vicepresidente agregó que otro objetivo de la reforma es crear un "mínimo vitar" o renta mínima que quedaría exenta de tributar. En medios del PP se afirmaba ayer que este mínimo legal se calcularía agrupando algunas deducciones actuales por familia y vivienda. "Se trata de calcular los gastos mínimos que necesita una familia, tanto en vivienda como en educación y manutención", dijeron estas fuentes.

Tanto Iniciativa per Catalunya (IC) como Esquerra Republicana (ERC) y el PSC advirtieron ayer que cualquier reforma a la baja del IRPF implicará necesariamente una disminución de los ingresos de la Generalitat. Rafael Ribó, presidente de IC, calificó de "falacia" las garantías de Rato. Parecido argumento utilizó el diputado de ERC Josep Huguet. Éste advirtió que el PP ha colocado "una bomba ideológica" en la financiación de la Generalitat catalana. El Gobierno ha vinculado, dijo, "la autonomía financiera con la sobrepresión fiscal, porque alimenta la idea de que la financiación de la Generalitat tiene un coste añadido".

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