Irak veta a un estadounidense como jefe de uno de los equipos de inspección de la ONU

Estados Unidos e Irak, en un comienzo de repetición de la crisis de noviembre pasado, se enzarzaron ayer en una nueva polémica sobre la composición de los equipos de inspección de las Naciones Unidas. Acusándole de espía, el régimen de Bagdad vetó al norteamericano Scott Ritter como jefe de uno de los equipos encargados de comprobar que Irak cumple su obligación de desarmarse en materia química y biológica. Washington respondió recordando que los iraquíes no son los que deben decidir la identidad de los integrantes de sus equipos.

El presidente Bill Clinton pidió anoche al Consejo de Se...

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Estados Unidos e Irak, en un comienzo de repetición de la crisis de noviembre pasado, se enzarzaron ayer en una nueva polémica sobre la composición de los equipos de inspección de las Naciones Unidas. Acusándole de espía, el régimen de Bagdad vetó al norteamericano Scott Ritter como jefe de uno de los equipos encargados de comprobar que Irak cumple su obligación de desarmarse en materia química y biológica. Washington respondió recordando que los iraquíes no son los que deben decidir la identidad de los integrantes de sus equipos.

El presidente Bill Clinton pidió anoche al Consejo de Seguridad que se muestre "firme" frente a Irak. "Si Sadam Husein mantiene su decisión [de prohibir las inspecciones] habrá una clara y grave violación de las resoluciones del Consejo de Seguridad, y espero que se adopten medidas firmes y apropiadas".Kofi Annan, secretario general de las Naciones Unidas, pidió a los iraquíes que no adopten "acciones precipitadas". Annan les recordó que la próxima semana Richard Butler, el australiano que encabeza todos los equipos de inspección en Irak de Naciones Unidas (UNSCOM), debe viajar a Bagdad. "Mi consejo a las autoridades iraquíes", dijo, "es que le esperen, discutan con él estos asuntos y no adopten acciones precipitadas". Annan aseguró que éste es el primer obstáculo serio al trabajo de los enviados de la ONU desde la crisis que en noviembre estuvo a punto de provocar una operación de castigo de EE UU.

La crisis de noviembre duró tres semanas y se cerró cuando, tras una combinación de despliegue militar estadounidense en el Golfo y acción diplomática rusa, Sadam Husein permitió el regreso a Irak de los miembros norteamericanos de los equipos de la ONU, que había expulsado con el argumento de que eran espías. Bill Clinton advirtió entonces que no pensaba retirar los refuerzos militares de EE UU en el Golfo hasta una completa resolución de este conflicto.

El siguiente incidente, la negativa iraquí a abrir a los inspectores los denominados "palacios de Sadam", no ha tenido de momento mayores consecuencias. No obstante, EE UU, que sospecha que esos palacios se han convertido en los últimos refugios de los restos del arsenal químico y biológico iraquí, mantiene su presencia militar a las puertas de Irak.

Pero Irak volvió ayer a dar un paso calificado por EE UU de "provocación" y "desafío". Esta vez, anunció que, desde hoy, impedirá el trabajo del equipo de inspectores que dirige el norteamericano Ritter. Según los iraquíes, Ritter es un "espía", acusación que él desmintió ayer.

Nizar Haindoori, embajador iraquí ante las Naciones Unidas, precisó en Nueva York que Ritter no será expulsado, aunque Bagdad sí prohibirá a partir de hoy el trabajo de su equipo. Ese equipo, según Hamdoon, está compuesto por 11 nueve norteamericanos, cinco británicos, un ruso y un australiano, lo que nos parece un inaceptable desequilibrio de nacionalidades".

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La tesis iraquí es que "los norteamericanos y sus incondicionales aliados británicos" dominan los trabajos de inspección con el doble objetivo de "espiar en lrak" e impedir el levantamiento de las sanciones internacionales contra ese país adoptadas tras la invasión de Kuwait, en 1990.

La Casa Blanca reaccionó proclamando que Sadam "no puede escoger" a los miembros de los equipos que comprueban si sigue o no almacenando y fabricando armas de destrucción masiva. Su nuevo veto, dijo un portavoz del Consejo Nacional de Seguridad, es "una clara violación" de las exigencias de las Naciones Unidas.

Irak, prosiguió el portavoz, debe facilitar "un completo e incondicional acceso" de los equipos a todas sus instalaciones sospechosas. "Las quejas de Irak sobre el equilibrio de nacionalidades en los equipos son espúreas e irrelevantes".

Científico especializado

Ritter, según la Casa Blanca, no es un espía", sino, como todos los demás inspectores de las Naciones Unidas, "un científico especializado en la no proliferación de armamentos". Ya ha estado otras veces en Irak y "no es un representante del Gobierno de Estados Unidos", sino de la comunidad internacional.R lchard Butler redactaba ayer una carta sobre este nuevo incidente para el Consejo de Seguridad, que preside en la actualidad el embajador francés, Alain Dejammet. El Consejo no había decidido todavía si celebraría o no una sesión especial dedicada al asunto. Ya en la crisis de noviembre, EE UU no consiguió convencer a Rusia, Francia y China de la necesidad de emprender nuevas acciones militares contra Irak.

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