Grupos de la oposición crean una alianza para derribar al primer ministro japonés

, Seis partidos de oposición japonesa acaban de formar la agrupación conocida como Minyuren con un objetivo común: derribar al Gobierno de Ryutaro Hashimoto, al que responsabilizan de los males económicos del país. Algunas de las recién creadas formaciones ni siquiera podían soñar en convertirse en una amenaza inmediata para el Partido Demócrata Liberal (PLD), instalado en el poder con una cómoda mayoría de 259 diputados, de los 500 que integran el Parlamento.Sin embargo, dentro del PLD han surgido divergencias sobre cómo solucionar la crisis económica y devolver la confianza al país. El reali...

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, Seis partidos de oposición japonesa acaban de formar la agrupación conocida como Minyuren con un objetivo común: derribar al Gobierno de Ryutaro Hashimoto, al que responsabilizan de los males económicos del país. Algunas de las recién creadas formaciones ni siquiera podían soñar en convertirse en una amenaza inmediata para el Partido Demócrata Liberal (PLD), instalado en el poder con una cómoda mayoría de 259 diputados, de los 500 que integran el Parlamento.Sin embargo, dentro del PLD han surgido divergencias sobre cómo solucionar la crisis económica y devolver la confianza al país. El realineamiento político podría debilitar al primer ministro, escindir su bloque y precipitar su caída. Según los analistas, la situación política ha alcanzado un momento crítico. La crisis económica está empezando a contagiar al habitualmente apacible entorno político nipón. El pasado 31 de diciembre, el principal partido de la oposición, el Shinshinto (97 escaños) anunció su disolución. A comienzos de la pasada semana nació el Minyuren, una alianza de seis grupos cuyos nombres apenas son familiares. La coalición quiere hacer todo lo posible para derribar a Hashimoto.

El primer ministro, tras dos años en el cargo, parece incapaz de detener la crisis, que, paralela a la que se ha desencadenado en el resto de Asia, está acabando con su prestigio desde el pasado octubre y cuestionando la capacidad de liderazgo internacional de Japón. Hashimoto, que accedió al poder el 11 de enero de 1996, vivió su momento más dulce tras su victoria en las elecciones de octubre de aquel año. Supo transmitir confianza a los mercados con dos promesas imprescindibles que siguen sin haberse cumplido: controlar su déficit público y reformar la Administración para devolver a los políticos las cuotas de poder que les arrebataron los burócratas.

La oposición ha empezado a dibujar un marco que se estrenará a partir de mañana cuando la Cámara baja del Parlamento comience a discutir los próximos presupuestos.

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