Temor a un empeoramiento de las relaciones con Arafat

La dimisión del ministro de Asuntos Exteriores israelí, David Levy, podría tener un impacto muy negativo en el desarrollo de las negociaciones del proceso de paz con los palestinos. Levy es considerado un elemento moderado dentro del Gobierno israelí y firme defensor del diálogo con Arafat, y su salida del Gabinete dejaría el campo libre a los halcones del Likud, encabezados por el ministro de Infraestructuras, Ariel Sharon, que goza cada vez de mas influencia sobre Benjamin Netanyahu.Sus amenazas de dimisión comenzaron en 1991, cuando no fue enviado a la Conferencia de Madrid por el entonces ...

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La dimisión del ministro de Asuntos Exteriores israelí, David Levy, podría tener un impacto muy negativo en el desarrollo de las negociaciones del proceso de paz con los palestinos. Levy es considerado un elemento moderado dentro del Gobierno israelí y firme defensor del diálogo con Arafat, y su salida del Gabinete dejaría el campo libre a los halcones del Likud, encabezados por el ministro de Infraestructuras, Ariel Sharon, que goza cada vez de mas influencia sobre Benjamin Netanyahu.Sus amenazas de dimisión comenzaron en 1991, cuando no fue enviado a la Conferencia de Madrid por el entonces primer ministro, Isaac Shamir, y aunque nunca llegaron a materializarse siempre contribuyeron a moderar el tono del Gobierno israelí de turno. Pero su apelación continuada a la amenaza de renunciar ha reducido considerablemente su credibilidad política interna y ni las encuestas más optimistas le auguran que revalidaría los 5 diputados de su movimiento Gesher de celebrarse ahora nuevas elecciones. Su retirada, además de un endurecimiento de la postura del Gobierno de Netanyahu, podría retrasar aún más el ya incumplido calendario de la negociación con la Autoridad Palestina (AP), pues el propio primer ministro ha asegurado que la segunda fase del repliegue de Cisjordania sólo se producirá después de la aprobación de los presupuestos.

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Las reuniones del presidente norteamericano, Bill Clinton, con Netanyahu y Arafat, previstas para mediados de mes, podrían ser las primeras víctimas del efecto dominó de la dimisión de Levy. El embajador egipcio en Israel, Mohammed Bassiouny, afirmó ayer que los encuentros podrían retrasarse si no se liman diferencias entre las posiciones de Israel y la AP. Un nuevo enfriamiento del diálogo contribuiría únicamente a endurecer las posturas de cada parte.

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