La fiscal para Bosnia acusa a Francia de ser tolerante con los criminales de guerra

El pulso entre el Gobierno de París y el Tribunal Penal Internacional (TPI), que trata de depurar las responsabilidades de las pasadas matanzas en la ex Yugoslavia, alcanzó ayer su punto más álgido durante el encuentro que el jefe de la diplomacia francesa Hubert Védrine mantuvo con la fiscal Louise Arbour. Irritada por la negativa francesa a autorizar que sus generales y oficiales presten oralmente declaración ante el tribunal, la procuradora general del TPI se presentó ayer en París precedida de una serie de declaraciones explosivas.

"La mayoría de los criminales de guerra acusados, u...

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El pulso entre el Gobierno de París y el Tribunal Penal Internacional (TPI), que trata de depurar las responsabilidades de las pasadas matanzas en la ex Yugoslavia, alcanzó ayer su punto más álgido durante el encuentro que el jefe de la diplomacia francesa Hubert Védrine mantuvo con la fiscal Louise Arbour. Irritada por la negativa francesa a autorizar que sus generales y oficiales presten oralmente declaración ante el tribunal, la procuradora general del TPI se presentó ayer en París precedida de una serie de declaraciones explosivas.

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"La mayoría de los criminales de guerra acusados, un gran número de ellos, están viviendo en el sector francés", había declarado Louise Arbour el domingo a la televisión francesa LCI. Aunque la visita responde al propósito anunciado de aclarar los malentendidos y facilitar un acuerdo, la fiscal del tribunal creado por la ONU para juzgar los crímenes de guerra de la ex Yugoslavia y Ruanda, no ha ocultado en ningún caso su intención de denunciar públicamente al Gobierno francés. Además de criticar la no comparencencia ante el tribunal del general Bernard Janvier, jefe de la Forpronu en Sarajevo durante la matanza de musulmanes de. Srebrenica, la fiscal internacional ha levantado ampollas aludiendo a la presencia en Pale, dentro del área de vigilancia francesa, de un criminal de guerra como Radovan Karadzic.Canadiense, antigua profesora de la Universidad de Nueva York, jueza del Tribunal Supremo de Ontario, Louise Arbour no es, desde luego, una mujer acostumbrada a tirar la toalla. "Francia obstaculiza el esclarecimiento de la verdad", "los criminales de guerra se sienten seguros en Bosnia", declaró durante el fin de semana. Dada la tirantez existente, el ministro de Defensa, Alain Richard, renunció a entrevistarse con la fiscal, pero no se mordió la lengua. "Más de una treintena de militares franceses, incluidos generales, han aportado su testimonio al tribunal", indicó Alain Richard, tras reiterar que "Francia está a favor del arresto de los crirninales".

Los máximos responsables de Exteriores se apresuraron ayer a expresar su "profunda sorpresa" por las declaraciones de la fiscal. "Francia coopera a su manera con el TPI, pero teme que el mantenimiento de la paz se resienta si se coloca en el mismo plano jurídico y mediático a los testigos y a los inculpados", subrayó Hubert Védrine.

El conflicto surgió semanas atrás, cuando Richard proclamó que "Francia no permitirá jamás" que sus generales testifiquen en La Haya (sede del TPI) y se presten a lo que definió como "justicia espectáculo". Louise Arbour, que hace dos años se distinguió por su defensa de las reclusas de la prisión de Kingston víctimas de la violencia de los guardianes, ha contestado indicando que "difícilmente puede hablarse de una justicia internacional pública si no está abierta a los medios de comunicación".

Javier Solana, secretario general de la OTAN, defendió ayer desde Bruselas la actuación de Francia en Bosnia de las acusaciones de Arbour.

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