TRAGEDIA EN BADAJOZ

"Muerta en soledad"

María Romero Reyes, Maruja, como la conocían todos los vecinos, vino a unirse a última hora del viernes, aunque fuese de manera indirecta, a las víctimas mortales del desastre que azotó Badajoz en la madrugada del jueves. Ella no perdió la vida arrastrada por las aguas, cierto. Pero su familia no duda de que la enfurecida riada precipitó su final.

A sus 70 años, el estado de salud de Maruja era muy delicado. Por eso fue evacuada directamente al hospital Infanta Cristina cuando su barrio pacense Cerro de Reyes y, en concreto, su casa del número 72 de la calle del Cardenal Fonseca, en...

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María Romero Reyes, Maruja, como la conocían todos los vecinos, vino a unirse a última hora del viernes, aunque fuese de manera indirecta, a las víctimas mortales del desastre que azotó Badajoz en la madrugada del jueves. Ella no perdió la vida arrastrada por las aguas, cierto. Pero su familia no duda de que la enfurecida riada precipitó su final.

A sus 70 años, el estado de salud de Maruja era muy delicado. Por eso fue evacuada directamente al hospital Infanta Cristina cuando su barrio pacense Cerro de Reyes y, en concreto, su casa del número 72 de la calle del Cardenal Fonseca, en la zona baja, se convirtieron en un remolino trágico a causa de los desbordamientos de los contiguos ríos Rivilla y Calamón. La tensión y la angustia debieron de minar de forma decisiva su ya de por sí menguada resistencia física y las atenciones médicas nada pudieron hacer por ella.

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Así, Maruja, natural de Las Minas de San Telmo (Huelva), casada con Pedro Martínez Vique y madre de tres hijos, Pedro, Antonio y María Dolores, falleció en el centro clínico "en soledad", como resaltó su párroco, el de la iglesia Jesús Obrero, porque los suyos, sus amigos y sus vecinos, estaban entregados a la penosa faena de intentar rescatar sus viviendas, sus enseres, del desolador lodazal.

"Que su muerte no quede en el olvido", pidió ayer el sacerdote durante su funeral, al que sí asistieron ya muchos de sus vecinos haciendo un alto en su tarea de salvar lo salvable. ¿Es que alguien es capaz ahora de olvidar?

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