Cartas al director

Cuando voy a trabajar intento no molestar

Bomberos, policía y ambulancias logran que mi descanso sea a veces una pesadilla: vivo en una calle paralela al paseo de la Castellana de Madrid, atajo que estas personas se conocen de maravilla, pero que requiere atravesar una serie de pequeñas calles por las que casi no circula nadie, aunque a ellos les parezca un gran peligro.Y digo yo, si a las tres de la mañana, un enorme camión lleno de luces que se reflejan en todas partes y que, por supuesto, se ve venir, tiene a la vez que usar ese ¡terrible sonido infártico¡

No sé si su trabajo es más importante que el mío, no lo dudo, pero yo...

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Bomberos, policía y ambulancias logran que mi descanso sea a veces una pesadilla: vivo en una calle paralela al paseo de la Castellana de Madrid, atajo que estas personas se conocen de maravilla, pero que requiere atravesar una serie de pequeñas calles por las que casi no circula nadie, aunque a ellos les parezca un gran peligro.Y digo yo, si a las tres de la mañana, un enorme camión lleno de luces que se reflejan en todas partes y que, por supuesto, se ve venir, tiene a la vez que usar ese ¡terrible sonido infártico¡

No sé si su trabajo es más importante que el mío, no lo dudo, pero yo no atento a la salud de los demás, quizá salven vidas, pero que sepan que se pueden cargar otras, y sobre todo, subir el nivel de contaminación acústica en la zona, plaza de Castilla, una de las más contaminadas de Europa.

Por favor, les rogaría que de ahora en adelante usaran ese gran potencial luminoso del que disfrutan y olviden para siempre el terrible sonido de las sirenas, sobre todo al atravesar zonas habitadas por personas con el oído en perfecto estado y futuros pacientes de cardiología si siguen así.-

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