El Club de Roma aprueba el texto de Cebrián sobre los nuevos medios

El documento apuesta por la educación para atajar los riesgos

"Los efectos positivos de los nuevos medios y tecnologías de la información pueden ser incrementados -y mitigadas sus concecuencias negativas- a través de la democracia participativa; la conciencia de las responsabilidades, derechos y deberes, y la educación de todo el mundo", dice el comunicado final de la reunión anual del Club de Roma celebrada en los últimos tres días en Washington.

El Club de Roma concluyó ayer sus sesiones habiendo aprobado el borrador de informe presentado el jueves por Juan Luis Cebrián, consejero delegado del grupo Prisa.El texto de Cebrián sobre las posibi...

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"Los efectos positivos de los nuevos medios y tecnologías de la información pueden ser incrementados -y mitigadas sus concecuencias negativas- a través de la democracia participativa; la conciencia de las responsabilidades, derechos y deberes, y la educación de todo el mundo", dice el comunicado final de la reunión anual del Club de Roma celebrada en los últimos tres días en Washington.

El Club de Roma concluyó ayer sus sesiones habiendo aprobado el borrador de informe presentado el jueves por Juan Luis Cebrián, consejero delegado del grupo Prisa.El texto de Cebrián sobre las posibilidades y los riesgos de las nuevas tecnologías y los nuevos medios vinculados con la información y la comunicación será, dijo Ricardo Díez-Hochleitner, presidente del Club de Roma, "la base sustantiva del informe anual" de ese organismo privado que reúne a decenas de líderes políticos, económicos y culturales del planeta.

Con los matices que introducirá el autor a partir de lo debatido en los últimos tres días en Washington, el texto de Cebrián será convertido en un libro, que, a partir de la próxima primavera, se publicará en varias lenguas y en unos 60 países. Además de presentar el borrador de informe, Cebrián ha coordinado los debates desarrollados en la Galería Renwick de la Smithsonian Institution.

El consejero delegado de Prisa resumió ayer así los puntos de vista expresados en esas sesiones: "Los. gurús de las nuevas tecnologías insisten en defender a capa y espada sus grandes ventajas para la humanidad, mientras que el resto también está preocupado por sus peligros, en particular el ahondamiento del foso entre países ricos y pobres y entre informados y no informados en el interior de cada país; el reforzamiento del poder de los gigantes empresariales, sobre todo los de Estados Unidos, y las violaciones de la privacidad".

Acceso al conocimiento

El comunicado final del Club de Roma recoge ambos aspectos. "Las tecnologías de la información", dice el texto, "deben ser utilizadas para contribuir a la solución de asuntos esenciales como la enseñanza permanente, el acceso al conocimiento, la lucha contra la contaminación y la prevención de conflictos. A través de esas aportaciones, los nuevos medios pueden conducir a un nuevo renacimiento".El comunicado, no obstante, también subraya que los nuevos medios están incrementando "el foso entre países ricos y pobres y, dentro de cada país, entre los que tienen y los que no tienen".Y añade que "algunos oradores señalaron su preocupación por el presente liderazgo de EE UU en las tecnologías de la información y recordaron la necesidad de caminar hacia una infraestructura y distribución más equilibradas entre las distintas regiones del mundo.Los Gobiernos y las instituciones fueron invitados a prestar más atención a una situación que podría contribuir a las tensiones internacionales".En las jornadas han participado, entre otros, César Gaviria, secretario general de la Organización de Estados Americanos (OEA); Michel-Dertouzos, del Instituto Tecnológico de Massachussets (MIT); Ruud Lubbers, ex primer ministro de Holanda; Belisario Betancour, ex presidente de Colombia y Bertrand Schneider, secretario general del Club de Roma. -También participaron en las sesiones del Club de Roma Yotaro Kobayasahi, presidente de Fuji-Xerox y de la patronal japonesa; Linda Stone, directiva de Microsoft, y Lawrence Klein, premio Nobel y profesor de la universidad de Penrisylvania.

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