El mercado de futuros de cítricos comienza su tercera campaña

El mercado de futuros de cítricos, con sede en Valencia, inicia hoy su tercera campaña con el objetivo de reducir la cuota de los creadores de mercado (Bancaja, CAM, BCH y Caja Rural de Valencia) sobre el total de operaciones. Sólo estas cuatro entidades realizaron el pasado ejercicio el 98% de los movimientos, sin apenas participación de inversores externos.

El mercado, que debía haber comenzado sus sesiones en septiembre, ha retrasado su inicio hasta que la CNMV ha dado el visto bueno a una serie de cambios en su esquema de funcionamiento. "Detectamos una divergencia absoluta entr...

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El mercado de futuros de cítricos, con sede en Valencia, inicia hoy su tercera campaña con el objetivo de reducir la cuota de los creadores de mercado (Bancaja, CAM, BCH y Caja Rural de Valencia) sobre el total de operaciones. Sólo estas cuatro entidades realizaron el pasado ejercicio el 98% de los movimientos, sin apenas participación de inversores externos.

El mercado, que debía haber comenzado sus sesiones en septiembre, ha retrasado su inicio hasta que la CNMV ha dado el visto bueno a una serie de cambios en su esquema de funcionamiento. "Detectamos una divergencia absoluta entre los contratos de futuros y la demanda real, por eso lo variamos", dijo ayer el director del mercado, Lamberto Samper.

En esencia, las modificaciones intentan que el mercado sea más atractivo para el sector citrícola, que desde el inicio apenas se ha implicado. En esta campaña se podrán realizar por primera vez entregas de fruta al margen de la cámara de compensación, se introducirán descuentos y se, organizará de forma diferente la recogida de fruta. También se varían las normas de calidad.

La sociedad Futuros de Cítricos y Mercaderías (FC&M), propietaria del mercado, está participada mayoritariamente por la Generalitat valenciana, las dos grandes cajas valencianas, Bancaja y CAM, y por Banesto. En la actualidad el mercado negocia tres contratos: nável-navelina, Valencia-late y clementina. Estas variedades representan cerca del 64% de la producción citrícola española. Durante 1996 el mercado negoció cerca de 145.600 contratos. La sociedad cerró este primer ejercicio con unas pérdidas de 76 millones.

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