Estados Unidos aporta tres aviones contraincendios para ayudar a Indonesia

La extinción de los incendios forestales de Indonesia está lejos de alcanzarse. El ejército, los voluntarios y bomberos consiguen apagar los de pequeña dimensión. Los grandes continúan su expansión y empeoran la situación en la isla de Sumatra, mientras que aparecen nuevos focos en regiones remotas del este de Indonesia, según un oficial de la oficina gubernamental que coordina las acciones contra este desastre.Estos datos han sido facilitados a la llegada de dos de los tres aviones Hércules C-130 -con capacidad para 11.300 litros cada uno- procedentes de Estados Unidos, último país en incorpo...

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La extinción de los incendios forestales de Indonesia está lejos de alcanzarse. El ejército, los voluntarios y bomberos consiguen apagar los de pequeña dimensión. Los grandes continúan su expansión y empeoran la situación en la isla de Sumatra, mientras que aparecen nuevos focos en regiones remotas del este de Indonesia, según un oficial de la oficina gubernamental que coordina las acciones contra este desastre.Estos datos han sido facilitados a la llegada de dos de los tres aviones Hércules C-130 -con capacidad para 11.300 litros cada uno- procedentes de Estados Unidos, último país en incorporarse a la ayuda internacional para combatir unos fuegos que han calcinado 800.000 hectáreas de bosques y que han sido prendidos en su mayoría por la industria maderera.El humo de estos incendios -hay algunos también en la vecina Malaisia- ha ocasionado trastornos pulmonares en las poblaciones de vastos territorios del país limítrofe de Malaisia y más de dos centenares de muertos por colisiones de barcos y un accidente de avión.

Su expansión se ha visto favorecida por la ausencia de lluvias (sólo ha habido un amago del monzón cuando se está en plena temporada), atribuida al anticipo de un fuerte fenómeno de El Niño, que altera el comportamiento meteorológico habitual.

[En esta misma región y coincidiendo con el último El Niño (1983) se produjo el mayor incendio forestal del siglo. Se quemaron en total 3,5 millones de hectáreas. El humo desprendido de la combustión de la turba y la materia orgánica del suelo permaneció activo durante una década.]

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