COMIENZA EL CURSO UNIVERSITARIO

Retoques a los planes de estudio

La primera reforma de los planes de estudio aprobada en 1987, que pretendía acortar las carreras y aligerar la carga lectiva, se plasmó en todo lo contrario: excesiva carga de estudios y desorbitado número de exámenes. Los estudiantes comenzaron a enloquecer y el Consejo de Universidades quiso subsanar la situación. Después de varios años de análisis, el Consejo aprobó, en su pleno de diciembre de 1996, una nueva reforma con tres puntos renovadores que devolvían el espíritu inicial de la primera modificación.La propuesta presentada al Ministerio de Educación daba una fórmula más flexibl...

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La primera reforma de los planes de estudio aprobada en 1987, que pretendía acortar las carreras y aligerar la carga lectiva, se plasmó en todo lo contrario: excesiva carga de estudios y desorbitado número de exámenes. Los estudiantes comenzaron a enloquecer y el Consejo de Universidades quiso subsanar la situación. Después de varios años de análisis, el Consejo aprobó, en su pleno de diciembre de 1996, una nueva reforma con tres puntos renovadores que devolvían el espíritu inicial de la primera modificación.La propuesta presentada al Ministerio de Educación daba una fórmula más flexible al crédito lectivo: aun manteniendo el número de horas -10-, destinaba un máximo de tres a otras actividades complementarias, lo que rebajaba a siete la asistencia a clase.

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"Miniasignaturas"

La segunda variación exigía un tamaño mínimo a las asignaturas, con el fin de agrupar miniasignaturas, evitando así una atomización que multiplicaba no sólo el número de materias (una media de 18 por curso; en algunos casos, hasta de 24), sino también el de exámenes.

En tercer lugar, trató de evitar la repetición de materias obligadas: con demasiada frecuencia se superponían materias troncales (obligatorias para la carrera en toda España) y obligatorias (exigidas por cada universidad). El cambio introducía la unión de dos similares en una, con un incremento de créditos troncales. La multiplicación de materias se debió principalmente a unos intereses corporativistas de los profesores, que pretendían mantener su pequeña parcela docente anterior a la reforma.

La ministra Esperanza Aguirre descafeinó la propuesta: aceptó el tamaño mínimo de las asignaturas propuesto -no inferior a 4,5 créditos en las cuatrimestrales y a nueve créditos las anuales-, pero rechazó la repartición de las 10 horas del crédito en siete de asistencia a clase y tres de trabajos personales.

En el acto de apertura de curso, celebrado en la Universidad de Córdoba el pasado 24 de septiembre, la ministra relacionó la confección defectuosa de los planes de estudio con un incremento del fracaso escolar y la consiguiente frustración personal para los alumnos.

Para continuar en la línea de remediar la situación, la titular de Educación comunicó que el Gobierno se propone abordar nuevas medidas "con carácter inmediato, con el fin de disminuir y racionalizar el número de asignaturas", aunque no precisó en qué dirección irían las actuaciones.

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