Tribuna:

Razones Para firmar

La sociedad española está demandando de la escuela un esfuerzo formidable para atender adecuadamente las necesidades de cualificación profesional, formalización moral y en valores e integración social de la infancia y juventud.Para acometer esta tarea, la comunidad educativa necesita un clima de sosiego sobre los aspectos estructurales básicos: ordenación del sistema educativo, coexistencia de ofertas educativas, financiación de la educación y ejercicio de los derechos educativos:

Desafortunadamente, el esfuerzo de consenso constitucional no fue suficiente para lograr un pacto básico en...

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La sociedad española está demandando de la escuela un esfuerzo formidable para atender adecuadamente las necesidades de cualificación profesional, formalización moral y en valores e integración social de la infancia y juventud.Para acometer esta tarea, la comunidad educativa necesita un clima de sosiego sobre los aspectos estructurales básicos: ordenación del sistema educativo, coexistencia de ofertas educativas, financiación de la educación y ejercicio de los derechos educativos:

Desafortunadamente, el esfuerzo de consenso constitucional no fue suficiente para lograr un pacto básico en torno a la escuela, y este resquicio se ha utilizado sistemáticamente como arma de enfrentamiento político con sus consecuencias negativas en el entorno escolar. La escuela, que debiera preocuparse de atender cada vez mejor las necesidades de los alumnos y las demandas sociales, se encuentra en permanente tensión por la ausencia de este consenso. Las víctimas de esta situación no son los partidos políticos, sino los alumnos y, en definitiva, toda la sociedad.

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La Declaración conjunta en favor de la educación es un primer intento para salir de esta situación. Las organizaciones más importantes de la enseñanza han desarrollado un proceso de diálogo para aportar todo lo que estaba en su mano para la mejora de la calidad de la enseñanza en todos los centros. Este proceso, que considero ejemplar, ha concluido en una declaración que tiene la virtud de no ser de nadie en particular y ser, a la vez, de todos; de nacer de la voluntad de diálogo e integración y no de la confrontación y negación del otro; de no implicar renuncia y sometimiento, sino constatación en común de la tarea que hay que abordar; de subrayar un consenso que reconoce, a la vez, la diversidad de planteamientos de los firmantes sobre otros aspectos de la educación.

La declaración, suscrita por organizaciones de muy diverso signo ideológico, ha tratado de situar la educación como una prioridad nacional, no partidaria ni sectaria; como un factor del bien común y no como ámbito de captación de votos. Nadie ha renunciado a sus principios, pero todos hemos decidido defenderlos de forma que salga fortalecida la escuela.

La declaración pone de manifiesto que deseamos tener la certidumbre de -que la reforma, emprendida con gran esfuerzo por muchas comunidades educativas, va a tener continuidad. No se trata, como se ha dicho, de blindar la reforma, sino de evitar la permanente impresión de estar tejiendo y destejiendo la renuncia a iniciar el camino porque se tiene la sensación de que se va a cambiar. Entendemos que debe aplicarse decididamente la reforma, que tiene aspectos positivos, y deben corregirse los que se muestren insuficientes o negativos.

Los centros públicos y concertados, en igualdad, necesitan saber si van a contar con los recursos necesarios para afrontar con calidad las nuevas enseñanzas. Y eso debe traducirse en una ley de financiación de la reforma.

En el ánimo de los firmantes, también en el de la FERE, está ofrecer estos primeros frutos del consenso a la sociedad, para que serenamente analice y valore nuestros propósitos; y a los responsables políticos para que, con la legitimidad que les confiere la representación popular y atentos a las demandas sociales, alcancen el pacto escolar demandado en la declaración.

Por nuestra parte, seguiremos trabajando para ampliar y profundizar el consenso logrado y para superar las confrontaciones y divergencias que se producirán, porque entendemos que es el mejor servicio que en este momento podemos hacer a la educación en España.

Ángel Astorgano Ruiz es secretario general de la Federación Española de Religiosos de la Enseñanza (FERE).

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