Medio Ambiente vacía el embalse de Contreras para que Fomento cierre a tiempo la N-III

El plazo pactado por Arias-Salgado obliga al Júcar a guardar el agua en otras presas

Las inusuales precipitaciones de este año se han convertido en un obstáculo para concluir la autovía de Valencia, que, según se comprometió el ministro de Fomento, Rafael Arias-Salgado, deberá entrar en servicio en 1998. El embalse de Contreras, donde deben anclarse los pilares de la autovía, según el trazado pactado para cruzar el Cabriel con José Bono, presidente de Castilla-La Mancha, ha recogido más agua de la prevista. A comienzos del verano almacenaba 200 hectómetros cúbicos, frente a la escasez de años precedentes, por lo que hacía imposible la entrada de las máquinas. La Confederación ...

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Las inusuales precipitaciones de este año se han convertido en un obstáculo para concluir la autovía de Valencia, que, según se comprometió el ministro de Fomento, Rafael Arias-Salgado, deberá entrar en servicio en 1998. El embalse de Contreras, donde deben anclarse los pilares de la autovía, según el trazado pactado para cruzar el Cabriel con José Bono, presidente de Castilla-La Mancha, ha recogido más agua de la prevista. A comienzos del verano almacenaba 200 hectómetros cúbicos, frente a la escasez de años precedentes, por lo que hacía imposible la entrada de las máquinas. La Confederación del Júcar, dependiente de Ministerio de Medio Ambiente, lo ha vaciado para que Fomento pueda cumplir su calendario.

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Las obras de la autovía Madrid-Valencia a su paso por el río Cabriel no han podido iniciarse por el agua que ha ido acumulando la presa de Contreras, concebida para almacenar reservas de agua a lo largo de varios años y poder tirar de ella cuando la sequía del Levante aprieta.Este año su régimen de explotación y el de la mayoría de los embalses de la cuenca del Júcar se ha modificado para poder llevar a buen puerto el compromiso alcanzado hace un año entre el ministro de Fomento, Rafael Arias-Salgado y el presidente de Castilla-La Mancha, José Bono. Ambos convinieron que el tramo de la autovía que cruza el río Cabriel debía trazarse sobre el mismo embalse de Contreras, en lugar de río abajo, a 300 metros de las Hoces, cuya travesía dio lugar a una gran polémica y al retraso de la autovía.

Con un régimen normal de explotación, al embalse de Contreras se le ven los fondos en verano. En 1993 acumulaba sólo 92 hectómetros cúbicos de los 874 que es capaz de almacenar; el año siguiente tenía nada más que 15 hectómetros. Pero el intenso régimen de lluvias de 1997 ha ido vertiendo agua al embalse en mayor proporción que otros años, hasta casi los 300 hectómetros que acumulaba en abril.

Con ese volumen, la maquinaria para construir la autovía N-III no podía dar un paso en la ejecución del trazado pactado entre Arias Salgado y Bono. Tal como se definió en el anteproyecto concluido el pasado mes de abril, el vaso de la presa debía dejar libre al menos la cota de 620 metros, para poder anclar en el fondo los pilares que sustentarán los dos puentes de la autovía que discurrirá casi paralela a la presa. A comienzos de agosto el nivel del agua alcanzaba 679 metros de cota.

'Morning glory'

El vaciado resultaba inevitable porque, por añadidura, la Confederación Hidrográfica del Júcar pretendía ejecutar un morning glory, una especie de desagüe de seguridad a una cota muy baja, para dar salida al agua del embalse en el caso de una hipotética avenida torrencial y evitar catástrofes como la de Tous.

Ni una ni otra obra han podido iniciarse por culpa de las lluvias y porque sigue sin resolverse el problema que presenta la nueva presa de Tous, que no puede llenarse en tanto no se indemnice a la compañía Iberdrola por la inundación de Millares, una presa hidroeléctrica intermedia que sería anegada por las aguas en caso de llenarse Tous. La indemnización, de varios miles de millones de pesetas, está pendiente de ser resuelta por el Consejo de Estado.

Podría, retenerla en Tous para evitar su vertido al mar Mediterráneo, pero se lo impide el contencioso con Iberdrola. La Confederación del Júcar se ha visto obligada a utilizar el agua desembalsada forzosamente de Contreras y distribuirla para atender las demandas que habitualmente son cubiertas por otros embalses de la cuenca en toda la Comunidad Valenciana, que han pasado a ejercer el papel de depósitos alternativos.

Las tormentas de agosto entorpecieron esa tarea, ya que en Contreras entraba más agua de la que salía; hasta 12 metros por segundo recogía a mediados de agosto. Según datos facilitados el pasado viernes por Medio Ambiente, las lluvias acumuladas a lo largo del año en Castilla-La Mancha han superado entre un 30% y un 75% los valores medios para esa región. En el caso de Albacete capital, este año se han superado en un 76,8% las precipitaciones normales.

En esas circunstancias, el desembalse ha tenido que acelerarse aún más; durante el mes de agosto se desembalsaba el doble de agua que entraba, con el fin de reducir el nivel de las aguas desde la cota de 679 a la de 620. A mediados de ese mes todavía se encontraba dos metros por encima (621,88) de ese nivel deseable para comenzar las cimentaciones de los viaductos, según fuentes de la Confederación del Júcar. Pero como el descenso de unos centímetros en el nivel de un embalse de estas dimensiones no es como el de una bañera, se ha tomado su tiempo. El pasado viernes se había conseguido una cota suficiente, los 617 metros.

La constructora adjudicataria -integrada por OCP, Auxini y Firmecivil- asegura que las obras no se retrasarán un solo día de la fecha prevista, según el gerente a pie de obra, Gabriel Solé. La pasada semana los camiones comenzaron a descender hacia el vaso de la presa para abrir los caminos que permitirán iniciarlas.

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