Cartas al director

Sobre el patrimonio

No tiene mucho sentido que un edificio -me refiero a la recién derribada casa del siglo XIV de Lozoya- sea utilizado como propaganda turística por el Ayuntamiento y reseñado en la Guía de Arquitectura de la Comunidad Autónoma de Madrid, y que el propio Ayuntamiento conservador sea el que estuviera deseando su demolición.Si de esa manera pueden acabar edificios que son emblemáticos, imaginemos qué ocurre, en general, con la arquitectura popular española; sólo hay que darse una vueltecita por ahí para hacerse una idea. El panorama, a pesar de que está cambiando lentamente, es desolador....

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No tiene mucho sentido que un edificio -me refiero a la recién derribada casa del siglo XIV de Lozoya- sea utilizado como propaganda turística por el Ayuntamiento y reseñado en la Guía de Arquitectura de la Comunidad Autónoma de Madrid, y que el propio Ayuntamiento conservador sea el que estuviera deseando su demolición.Si de esa manera pueden acabar edificios que son emblemáticos, imaginemos qué ocurre, en general, con la arquitectura popular española; sólo hay que darse una vueltecita por ahí para hacerse una idea. El panorama, a pesar de que está cambiando lentamente, es desolador.

La conservación del patrimonio histórico y etnográfico se aborda como un problema exclusivamente económico, pero creo que es sobre todo una cuestión de mentalidad e incluso de ideología política.

Además, hay que tener en cuenta que, por desgracia, estos temas no acaban de interesar demasiado a la opinión pública; uno tiene la impresión de que, en muchas ocasiones, nos estorba nuestro patrimonio y que es más fácil seguir creyendo, según nos lo enseñaron, que el desarrollo y el bienestar social no se llevan demasiado bien con la naturaleza, con la historia ni con nuestro pasado. .

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