Mestalla da paso al fútbol

Valencia y Barcelona se miden en un choque que nace convulsionado

Paco Roig, presidente del Valencia, disfruta como nadie del cuerpo a cuerpo. Diríase que es su estado natural. Si además está convencido de que tiene razón, el rival -en este caso el Barça- tiene motivos para preocuparse. Consciente de su fuerte tirón entre la afición, Roig ha preparado un ambiente victimista entre la hinchada, que recibirá esta noche al Barça con sed de venganza (21.30 horas, Antena 3). Pero Luis Van Gaal no se deja amedrentar. Pide serenidad y el holandés., ayer, fue implacable: "A mí sólo me preocupa", dijo extendiendo una mano y señalando cada uno de sus dedos, "mi equipo,...

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Paco Roig, presidente del Valencia, disfruta como nadie del cuerpo a cuerpo. Diríase que es su estado natural. Si además está convencido de que tiene razón, el rival -en este caso el Barça- tiene motivos para preocuparse. Consciente de su fuerte tirón entre la afición, Roig ha preparado un ambiente victimista entre la hinchada, que recibirá esta noche al Barça con sed de venganza (21.30 horas, Antena 3). Pero Luis Van Gaal no se deja amedrentar. Pide serenidad y el holandés., ayer, fue implacable: "A mí sólo me preocupa", dijo extendiendo una mano y señalando cada uno de sus dedos, "mi equipo, el rival, el árbitro, el balón y la temperatura. Y no que un presidente grite".La apuesta de Roig, sin embargo, está al filo de la navaja. Si hoy se produce cualquier al tercado, todos le apuntarán como máximo responsable, a pesar de que él quiso descargar las culpas de los posibles incidentes en el Barça y la Confederación brasileña de Fútbol porque está convencido de que el permiso para que Rivaldo y Anderson estén en Mestalla no existe. La polémica se originó después de que los valencianistas Ortega, Claudio López y VIaovic estén con sus selecciones. "No temo ningún ambiente", aclaró Van Gaal. "Es la Liga y el Valencia quien nos tendrá que defender".

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Las amenazas de Roig al respecto ("No saldrán del aeropuerto de Manises") bordean, pese a que él lo niegue, la incitación a la violencia. Después de perder en Mallorca y con un equipo sin delanteros -Romario por lesión y el resto convocados con sus selecciones-, Roig sabe que el Valencia parte esta noche con mucha desventaja. Y cree poder compensarla con la presión de la grada. "Quiero a 50.011 jugadores ante el Barcelona", ha repetido Roig, que recurrió incluso a la resurrección de viejos fantasmas anticatalanistas de ciertos sectores del pueblo valenciano.

El Barça, Nou, mientras, se muestra impermeable. El Camp Nou transmite serenidad desde hace días. Tiene tres buenas razones para ello: el pase a la Liga de Campeones, la goleada ante la Real y la descarga de presión después de que el presidente Núñez haya dicho que no considera imprescindible este año ganar la Liga. Pero Van Gaal expresó su frontal rechazo a que los patrocinadores -en este caso las televisiones- condicionen al fútbol. "Si intentasen ayudar a este deporte y no dominarlo, extraerían un rendimiento mayor", dijo. Y fue demoledor cuando se le preguntó si conocía a Roig: "Conozco a todos los presidentes de Primera porque salen cada día en los periódicos. Los presidentes deben ayudar y por eso estoy contento con Núñez".

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