El funeral de la princesa, aún por decidir
Los restos de Diana de Gales llegaron anoche a un Reino Unido que se debate entre el dolor, la rabia hacia la prensa y la impaciencia por la incertidumbre en torno a su funeral. El ataúd transportado desde París en un avión militar y escoltado por las dos hermanas de Diana y el príncipe Carlos, su ex marido, fue depositado en el palacio de Saint James, residencia oficial del príncipe de Gales. Doce horas después de la muerte de Diana, el palacio de Buckingham seguía sin hacer un anuncio oficial sobre qué tipo de entierro merece la madre de Guillermo, el próximo heredero de la corona británica....
Los restos de Diana de Gales llegaron anoche a un Reino Unido que se debate entre el dolor, la rabia hacia la prensa y la impaciencia por la incertidumbre en torno a su funeral. El ataúd transportado desde París en un avión militar y escoltado por las dos hermanas de Diana y el príncipe Carlos, su ex marido, fue depositado en el palacio de Saint James, residencia oficial del príncipe de Gales. Doce horas después de la muerte de Diana, el palacio de Buckingham seguía sin hacer un anuncio oficial sobre qué tipo de entierro merece la madre de Guillermo, el próximo heredero de la corona británica.
El tema se hace más delicado por minutos. Fuentes palaciegas citadas por la BBC dijeron que la Casa Real probablemente formulará un anuncio hoy después de resolver dilemas de protocolo y ceremonial derivados del alejamiento oficial de Diana de la familia real tras su divorcio de Carlos hace un año y la consiguiente pérdida de su título de alteza real. Antony Holden, prestigioso biógrafo de la realeza británica, advirtió en una entrevista con la televisión de que la Casa Real puede cometer un grave error de insospechadas consecuencias para el futuro de la monarquía si la reina Isabel trata de hacer el vacío a la memoria de Diana, su vieja antagonista y crítica, e ignorar el clamor de sus millones de admiradores.[La decisión, que será tomada por la reina Isabel, el Gobierno y la propia familia de Diana, optará entre las tres categorías de funerales habituales para los miembros de la realeza (de Estado, solemne o privado), informa Reuter. Los funerales de Estado con todos los honores se reservan a reyes y reinas pero, por orden del monarca reinante y tras votación en el Parlamento, puede ser extendido a otras personas distinguidas].
"Hay que pensar en un funeral que permita un acceso a gran escala", dijo Holden interpretando la opinión de millones de británicos partidarios de despedir a Diana con un funeral de Estado digno de su antiguo rango y el nuevo título de "princesa del pueblo" que el compungido primer ministro laborista, Tony Blair, acuñó en un emocionado homenaje del Gobierno.
Blair, que acudió a la base aérea de Northolt para recibir el ataúd de pino cubierto con el estandarte real, había reflejado el sentimiento de millones de sus compatriotas cuando por la mañana declaró con voz entrecortada: "Me siento como se siente la mayoría de la gente de nuestra nación. Estoy devastado. Hoy somos un pueblo conmocionado por el duelo y sumido en una pena profundamente dolorosa. Diana tocó las vidas de mucha gente en Gran Bretaña y el mundo con su alegría y consuelo".
La tragedia, que coloca al Reino Unido en uno de los momentos mas traumáticos de su historia reciente, paralizó de momento la contienda política entre laboristas y conservadores de cara al referéndum de la "devolución" de Escocia y Gales previsto para este mes. Los conservadores de William Hague y su mentora, la ex primera ministra Margaret Thatcher, se unieron al homenaje a Diana destacando sus cualidades como fuente de consuelo y buena voluntad a través de sus campanas contra el sida, la pobreza y las enfermedades infantiles, así como su pionera cruzada para erradicar del planeta el empleo de minas antipersonales.
Buckingham Palace se limitó a anunciar que estaba abocado a preparar los funerales "atendiendo los deseos de la familia". No dio fecha para el entierro, pero observadores de la realeza especulaban anoche que la Reina podría poner en manos del joven Guillermo la decisión de la jerarquía del entierro.
Guillermo, de 15 años, y Enrique, de 13, se enteraron ayer de la muerte de su madre cuando Carlos los despertó con la noticia poco después de las cinco de la mañana en sus aposentos del Palacio de Balmoral, donde pasaban sus vacaciones de verano. Catorce horas mas tarde, el príncipe de Gales descendía del avión que transportó los restos de su ex esposa y, tras saludar al grupo de dignatarios del comité de recepción, regresó a Escocia en la misma nave sin ofrecer otro indicio de su estado de ánimo que su familiar expresión sombría. La violenta muerte de Diana puede tener un efecto devastador en la vida de sus hijos, cuyo cuidado quedará bajo exclusiva responsabilidad de Carlos.