6.000 alegaciones obligan a cambiar al PP sus planes sobre el parque del Sureste

La puesta en marcha real del parque -que se producirá cuando entre en vigor el citado nuevo Plan de Ordenación de Recursos- vendrá además acompañada de una serie de infraestructuras viarias que, según los ecologistas, dañarán muy gravemente la zona.Las administraciones públicas pretenden construir sobre el parque cuatro nuevas autovías, que se unirían a las dos ya existentes, un tren de alta velocidad, otro de cercanías, una gravera y hasta un macrovertedero.Santiago Martín Barajas, portavoz de la asociación ecologista Aedenat, pide que la Consejería de Medio Ambiente "tome cartas en el asunto y diga claramente que todo esto no se puede llevar a cabo".

El director regional del Medio Natural, Fernández Santamaría, es más conciliador: "Intentaremos conjugar los intereses de Obras Públicas con los del medio ambiente, dañando lo menos posible el parque". No obstante, reconoce que los proyectos citados "perjudican". Sin embargo, el consejero de Obras Públicas, Luis Eduardo Cortés, afirmó recientemente que las autovías pueden introducirse por lugares muy degradados que son un "páramo".

En concreto, el Ministerio de Fomento quiere construir sobre los terrenos de este parque la M-50, dos radiales de peaje paralelas a la N-III y a la N-IV, una variante de la N-III a su paso por Rivas. Además, se pretende unir Madrid con Barcelona mediante un tren de alta velocidad, cuyo trazado también atravesaría el norte de esta zona protegida. Por su parte, la Consejería de Obras Públicas ha aprobado construir un tren de cercanías entre Madrid y Arganda. El nuevo ferrocarril también cruzará el parque.

Medio Ambiente, ante la avalancha de vías de comunicación que están a punto de llegar, pretende encajarlas en los mismos pasillos. Es decir, quiere que todas las vías sean trazadas por el mismo sitio para que dañen la menor extensión posible de parque. "Pero tenemos un problema. El tren de alta velocidad describe curvas con un radio de tres a cinco kilómetros. Las autovías no necesitan tanto, por lo que es muy difícil conjugar ambos trazados", señala Fernández Santamaria.

Macrobasurero

Por si fuera poco, el Ayuntamiento de Madrid ha aprobado recientemente la construcción de un nuevo vertedero. Acogerá la mayor parte de la basura que la capital produzca durante 25 años y, por supuesto, también se encontrará ubicado en el interior del parque natural.

La asociación ecologista El Soto denuncia, además, que Medio Ambiente ha iniciado la tramitación de un informe de impacto ambiental para abrir una gravera en la zona norte de la finca denominada El Piul, una de las zonas más emblemáticas del parque. El Soto cree que la apertura de esta gravera "provocaría daños irreversibles en el mantenimiento de la riqueza natural que albergan los cantiles y la ribera del Jarama".

Los intentos de explotar gravas en esta finca datan de 1992, cuando una empresa minera pidió una primera concesión. Su petición fue rechazada por el Ayuntamiento de Rivas, pero ahora vuelven a la carga.Fernández Santamaría recuerda que los daños causados en este parque tardan mucho en recuperarse. "Debido a la mala calidad de los suelos [la mayoría son calizos], recuperar una parcela cuesta tres veces más que en el parque del Manzanares. Lo cierto es que el parque del Sureste no es precisamente un vergel. Es un parque caro. Este año hemos invertido más de 600 millones y apenas se notan".

El parque del Sureste se alza entre las dos vegas más fértiles de la región y donde los agricultores -uno de los grupos que más se oponen a su creación- obtienen varias cosechas al año de patatas, lechugas, espárragos y hortalizas en general. Ocupa 17 términos municipales y, obviamente, no todas las parcelas cuentan con la misma protección medioambiental.El parque está dividido en cinco áreas (de la A a la E), que indican su mayor o menor importancia medioambiental. Desde la creación de esta zona natural en 1994, las amenazas se han cernido sobre ella. Los agricultores locales se niegan a aceptar el parque, porque creen que perjudica el desarrollo agrícola. Las graveras, además, campan a sus anchas a las orillas del río Jarama. Hay unas 75. El parque cuenta también con siete humedales, los cortados rocosos del Jarama, llanuras cerealistas, sotos, riberas, lagunas, bosques y áreas agrícolas. Incluye una zona de especial protección para las aves (ZEPA) en la que anidan avutardas, sisones, halcones peregrinos, alcaravanes, aguiluchos, cigüeñas blancas, milanos negros y cernícalos.

Según la asociación ecologista El Soto, en el casó del milano real -otra de las rapaces que habitan en esta zona protegida-, el parque del Sureste es el único lugar de la Península donde anidan en roca. El plan de recursos que ahora va a ser revisado prohibía acercarse a estas aves a menos de 250 metros "de los puntos de cría, lugares de concentración migratoria o invernada".