La luz que ciega Madrid

Madrid, dicen los astrónomos, es la ciudad más luminosa de Europa. Tanto que, al caer el sol, su luz ciega la de las propias estrellas. Se trata de un fenómeno, según la Agrupación Astronómica de la capital, que convierte el alabado cielo de Madrid en impenetrable por la noche y priva a millones de vecinos de contemplar la Vía Láctea, Perseo o la Osa Menor.La base de este hecho, según esa asociación, reside en el inmenso globo luminoso, de 20 kilómetros de altura y 40 de exten sión, generado por el "derroche" de energía eléctrica en que incurre cada noche la ciudad con sus 185.000 puntos de lu...

Madrid, dicen los astrónomos, es la ciudad más luminosa de Europa. Tanto que, al caer el sol, su luz ciega la de las propias estrellas. Se trata de un fenómeno, según la Agrupación Astronómica de la capital, que convierte el alabado cielo de Madrid en impenetrable por la noche y priva a millones de vecinos de contemplar la Vía Láctea, Perseo o la Osa Menor.La base de este hecho, según esa asociación, reside en el inmenso globo luminoso, de 20 kilómetros de altura y 40 de exten sión, generado por el "derroche" de energía eléctrica en que incurre cada noche la ciudad con sus 185.000 puntos de luz públicos. Un exceso, contaminante y des pilfarrador que, siempre en opinión de estos astrónomos, se mul tiplica por la falta de preocupación municipal a la hora de calibrar el chorro de las farolas (en plazas como Alonso Martínez se han llegado a registrar intensidades 10 veces superiores a las permitidas en una zona de peatones). "Hay que irse a 80 kilómetros de la ciudad para ver las constelaciones. Esto no ocurre en otras ciudades. Barcelona y Valencia han reducido la intensidad de sus luminarias, y Canarias ha impuesto una ley del cielo para reducir esta contaminación", afirman los astrónomos, quienes suenan con una ciudad más cercana a las estrellas.