"Un granito de arena para mejorar las cosas"

Jubilado anticipado de un alto cargo en el mundo de la publicidad, Eduardo Vázquez, de 62 años, dedica varias tardes a la semana a la organización Libros para el Mundo. "Es una forma de cubrir mi ocio y de devolver a la sociedad alguna honestidad mía que en otros momentos le he robado", dice. En su asociación reciben libros que ellos seleccionan para enviarlos en barco rumbo a bibliotecas populares de Latinoamérica, gracias a las cuotas de un centenar de socios. Hay fiestas y otras actividades dirigidas a recaudar fondos con la misma misión. "Es un granito de arena para intentar mejorar las co...

Jubilado anticipado de un alto cargo en el mundo de la publicidad, Eduardo Vázquez, de 62 años, dedica varias tardes a la semana a la organización Libros para el Mundo. "Es una forma de cubrir mi ocio y de devolver a la sociedad alguna honestidad mía que en otros momentos le he robado", dice. En su asociación reciben libros que ellos seleccionan para enviarlos en barco rumbo a bibliotecas populares de Latinoamérica, gracias a las cuotas de un centenar de socios. Hay fiestas y otras actividades dirigidas a recaudar fondos con la misma misión. "Es un granito de arena para intentar mejorar las cosas en esos países", explica.Teresa Jara, un ama de casa de 45 años con dos hijos, también dedica su tiempo a Latinoamérica. Colabora desde hace siete años en la sede de Manos Unidas, una organización católica de cooperación al desarrollo que apoya proyectos realizados por asociaciones de los países destinatarios. Algunas veces viaja para realizar un seguimiento de los proyectos. "Estar en contacto con dos mundos tan distintos cambia tu vida", asegura. "Hace que te sientas una privilegiada y llegas a la conclusión de que hay que repartir tu tiempo, tu trabajo, o tu dinero, pero hay que dar", añade. "Quizá el voluntariado sea una moda. Hace siete años había muchas menos ONG pero, es una moda que viene muy bien", concluye.