PATRIMONIO

Declarado monumento el primer edificio comercial construido en Sol

La Comunidad de Madrid acaba de declarar bien de interés cultural con categoría de monumento el edificio de la calle del Arenal 3, con fachada también a la calle Mayor. El inmueble fue el primero en Madrid que nació dedicado (se construyó en 1921) a albergar locales comerciales, tiendas, despachos y oficinas. Es obra del arquitecto. Antonio Palacios, autor también de otros edificios emblemáticos madrileños como el Círculo de Bellas Artes y el Palacio de Comunicaciones.

Este último, en la plaza de Cibeles, lo diseñó Palacios en colaboración con Julián Otamendi. En el de la calle del Aren...

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La Comunidad de Madrid acaba de declarar bien de interés cultural con categoría de monumento el edificio de la calle del Arenal 3, con fachada también a la calle Mayor. El inmueble fue el primero en Madrid que nació dedicado (se construyó en 1921) a albergar locales comerciales, tiendas, despachos y oficinas. Es obra del arquitecto. Antonio Palacios, autor también de otros edificios emblemáticos madrileños como el Círculo de Bellas Artes y el Palacio de Comunicaciones.

Este último, en la plaza de Cibeles, lo diseñó Palacios en colaboración con Julián Otamendi. En el de la calle del Arenal, una tienda para novias, una relojería, algún bar, una mercería, una librería, una joyería y todo tipo de tiendas sin orden ni concierto tienen tomados los escaparates de este edificio próximo a la Puerta del Sol. En las seis plantas restan es conviven oficinas y empresas de todos los campos. Entre los locales comerciales y las oficinas se juntan en este edificio un total de 75 inquilinos.Con la declaración de bien de interés cultural, a la que se llega tras un largo y laborioso expediente en el que participan varios arquitectos, la Comunidad persigue dos objetivos: la protección de una obra de Antonio Palacios y salvaguardar el edificio en sí. Una vez que esta declaración se publique en el Boletín Oficial de, la Comunidad, el inmueble y acaso su entorno quedarán protegidos. Es, decir, la Comunidad tendrá que dar el visto bueno a las obras que los propietarios quieran ejecutar en él.

Además de las características arquitectónicas, la Comunidad también ha tenido en cuenta el carácter precursor que tuvo en su época, pues fue un claro ejemplo del fenómeno de terciarización que se inicia a principios de, siglo en Madrid. Esto supuso que los habitantes del centro se trasladaran a la periferia y los locales del distrito se fueron reservando para actividades comerciales y negocios.

Adiós, vidriera

Manuel González es desde hace 15, años el conserje de este edificio, aunque ya trabajó antes en él como empleado en una de sus oficinas. Él recuerda la espléndida vidriera que cubría el patio central, hoy desaparecida y sustituida por otra más sencilla."Tenía un águila en el centro; los cristales eran muy buenos, pero se fueron cayendo y hubo que cambiarlo", cuenta. Dice también el conserje que todo sigue igual que cuando se inauguró en 1921. Entonces era propiedad de Demetrio Palazuelo, quien fue además el promotor de la obra. Hoy la propiedad la conservan la viuda de Palazuelo y dos sobrinos, según el conserje.

Este edificio comercial se construyó donde estuvo ubicado el palacio de los condes de Oñate. Según el propio Palacios, la organización del inmueble es similar a la adoptada en las grandes ciudades norteamericanas para edificios del mismo USO.

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Una de las cosas que más llaman la atención es el patio central, alrededor del cual se distribuyen los locales. Y la majestuosa escalera de mármol con barandillas doradas y de hierro negro. Tampoco se han sustituido los dos pequeños ascensores de madera y paredes de cristal, ni las sólidas lámparas de vidrio. La fachada, como en otros. edificios de Palacios, se resuelve con órdenes gigantes clasicistas que organizan miradores de hierro de intencionado aspecto industrial.

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