Hallado muerto de un tiro en la nuca un centinela de la Guardia Real en El Pardo

El guardia real Antonio Salinas Garmendia, de 22 años, murió en la madrugada de ayer de un tiro en la nuca mientras estaba de centinela en el Cuartel del Rey, en las inmediaciones del Palacio del Pardo (Madrid). Aunque la causa del disparo que acabó con la vida de Salinas no había sido aclarada ayer completamente, fuentes policiales indicaron que se trató de u accidente con el arma que portaba, un subfusil ametrallador que se disparó fortuitamente al no llevar el seguro puesto. El militar cabo profesional, pertenecía a Plaza Mayor de la Guardia Real había sido condecorado tras, articipar en m...

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El guardia real Antonio Salinas Garmendia, de 22 años, murió en la madrugada de ayer de un tiro en la nuca mientras estaba de centinela en el Cuartel del Rey, en las inmediaciones del Palacio del Pardo (Madrid). Aunque la causa del disparo que acabó con la vida de Salinas no había sido aclarada ayer completamente, fuentes policiales indicaron que se trató de u accidente con el arma que portaba, un subfusil ametrallador que se disparó fortuitamente al no llevar el seguro puesto. El militar cabo profesional, pertenecía a Plaza Mayor de la Guardia Real había sido condecorado tras, articipar en misiones humanitarias e Bosnia. Los hechos ocurrieron en torno a la medianoche, una hora después de que el cabo hubiese iniciado su turno de guardia. Una detonación resonó en el acuartelamiento. Acto seguido, según lo compañeros de la víctima, se escuchó que Salinas daba dos veces voz de "intruso" por el radiotransmisor. Segundos después, siempre según la primera versión policial hubo otra ráfaga de tres tiros. El cadáver del guardia real fue descubierto inmediatamente despues. Llevaba sujeta el arma por la parte derecha de su espalda. E proyectil le había entrado por el lateral derecho del occipital (dato coincidente con la posición del subfusil) y había salido por la parte izquierda de la cabeza. En su reconstrucción, la policía sostiene que el primer disparo fue de fogueo, por lo que el guardia no resultó herido y pudo llegar a gritar. Pero después saltó la ráfaga que acabó con su vida. El que la bala impactase en la nuca se debió, según esta hipótesis, a la posición del arma. En esta línea, la policía sospecha que el cabo no puso el seguro del subfusil. Esta versión, sin embargo, no explica por qué Salinas gritó tras el primer disparo ni cuál fue la causa real de los tiros. Una fuente policial aventuró que el cabo, tras el primer disparo, pudo haber dado la alama para disimular el accidente, pero que el arma volvió a dispararse. El caso está en manos del Grupo de Homicidios de la Policía Judicial de Madrid.

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