El opositor Martin Lee pide a Pekín elecciones "justas, libres y democráticas", para Hong Kong

"Volveremos". Con esta legendaria consigna, los demócratas protagonizaron el principal acto de protesta registrado en la noche del lunes al martes, mientras Hong Kong pasaba a manos de la República Popular China. Unas 3.000 personas fueron a escuchar al líder demócrata, Martin Lee, mientras finalizaba su mandato en la Legislatura Provisional, como el de todos los diputados elegidos democráticamente en septiembre de 1995. "Ante los, ojos del mundo entero, pedimos al Gobierno chino que permita que Hong Kong tenga elecciones libres, justas y democráticas", arengó Lee a sus seguidores, a quienes a...

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"Volveremos". Con esta legendaria consigna, los demócratas protagonizaron el principal acto de protesta registrado en la noche del lunes al martes, mientras Hong Kong pasaba a manos de la República Popular China. Unas 3.000 personas fueron a escuchar al líder demócrata, Martin Lee, mientras finalizaba su mandato en la Legislatura Provisional, como el de todos los diputados elegidos democráticamente en septiembre de 1995. "Ante los, ojos del mundo entero, pedimos al Gobierno chino que permita que Hong Kong tenga elecciones libres, justas y democráticas", arengó Lee a sus seguidores, a quienes anunció que los miembros de su partido iban a proseguir su actividad política en el nuevo territorio chino.

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La noche de la retrocesión también dio lugar a otras protestas -esporádicas y relativamente controladas- de movimientos tan diversos como los que criticaban a la extinta Legislatura Provisional, condenaban la matanza de Tiananmen, criticaban la política de abortos obligatorios en China, o simplemente se oponían al Partido Comunista y al nuevo Gobierno de Hong Kong. Pero tanto Lee como el resto de los movimientos de protesta pudieron expresarse libremente sin que actuase en ningún momento la policía local. Como reconoció el diputado demócrata en declaraciones a una emisora de radio, "es un buen signo".En contra de lo esperado, Martin Lee pudo pronunciar sin problemas un discurso desde el balcón del Parlamento. Un claro síntoma de que el nuevo Ejecutivo de Hong Kong ha optado por la reconciliación. Lee había escogido ese lugar porque, según dijo, el edificio fue testigo de las torturas sufridas por la población que durante la II Guerra Mundial rechazó al Ejército japonés.

"Mientras el mundo camina hacia la democracia, los derechos humanos y el Estado de derecho, Hong Kong está a punto de perder algunas de las libertades que han permitido el éxito de esta sociedad", proclamó el diputado demócrata. "El principio un país, dos sistemas, es una experiencia valiente, que exige la comprensión de los líderes chinos, y una confianza mutua que todavía debe ser establecida", agregó.

Pero también advirtió que para tener un estado de derecho, hay que tener buenas leyes", y, en consecuencia, "elecciones democráticas". Lee aseguró que la Cámara recién nombrada por Pekín intenta evitar que los demócratas puedan ganar las elecciones, previstas para mayo de 1998.

Horas después de que Martin Lee pronunciara su discurso, la Alianza para el Mantenimiento del Movimiento Democrático y Patriótico en China, organizaba ayer una marcha por las calles de Hong Kong hasta la oficina del nuevo jefe del Ejecutivo. "Fin al sistema de partido único en China", Iarga vida a la democracia", y "por una China democrática", fueron los lemas bajo los que se congregaron unos 5.000 manifestantes.

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Mientras tanto, el flamante mandatario de la Región Administrativa Especial de Hong Kong (RAEK), Tung Chee-hwa ha comenzado a afrontar su difícil tarea: aplicar el principio un país, dos sistemas, que regirá a partir de ahora las relaciones de la nueva región china con Pekín. Los primeros años de la RAEK van a ser cruciales, y Tung deberá crear una forma de relación nueva con el poder central, que constituirá sin duda un precedente para sus sucesores.

Tung tendrá que desarrollar al mismo tiempo tres tareas. La primera, mantener la herencia británica. Es decir, una Administración reducida, eficaz y honesta. La segunda, mantener un sistema legal independiente del poder político y susceptible de evolucionar dentro del derecho de tradición británica. Y tercera y última, preservar un sistema económico dominado por la libertad de empresa y la no intervención del Estado, así como por la libre circulación de las personas y de los capitales.

El nuevo jefe del Ejecutivo también deberá restaurar la democracia. La Ley Fundamental estipula que el año 2007 la población de Hong Kong deberá elegir por sufragio universal tanto a la Asamblea como a su jefe del Ejecutivo. Tung Chee-hwa afirmó los pasados días que Hong Kong tendrá en mayo de 1998 elecciones legislativas libres.

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