EL FIN DE LA POSGUERRA FRÍA

Elogios a Yeltsin y Solana entre decenas de brindis

Los líderes aliados coincidieron en atribuir el éxito del acuerdo al negociador aliado, Javier Solana, y al presidente ruso, Borís Yeltsin, quienes copresidieron la firma. Yelstin dijo que lejos dé ser fácil, seguramente ésta fue para nosotros la negociación más complicada desde el fin de la guerra fría". Bill Clinton le pagó destacando su "coraje y visión de futuro", calor que también le dio el canciller Helmut Kohl y casi todos los presentes.Solana estaba ruborizado. Y es que Yeltsin le agradeció "sobre todo y en primer lugar" el resultado; Clinton elogió la "determinación, paciencia y volun...

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Los líderes aliados coincidieron en atribuir el éxito del acuerdo al negociador aliado, Javier Solana, y al presidente ruso, Borís Yeltsin, quienes copresidieron la firma. Yelstin dijo que lejos dé ser fácil, seguramente ésta fue para nosotros la negociación más complicada desde el fin de la guerra fría". Bill Clinton le pagó destacando su "coraje y visión de futuro", calor que también le dio el canciller Helmut Kohl y casi todos los presentes.Solana estaba ruborizado. Y es que Yeltsin le agradeció "sobre todo y en primer lugar" el resultado; Clinton elogió la "determinación, paciencia y voluntad del secretario general"; Jacques Chirac e expresó "la estima y gratitud de todos " ; y el presidente español, José María Aznar, felicitó a los dos negociadores "por haber coronado la negociación con un éxito verdaderamente histórico". El aludido reenvió los elogios al ministro ruso de Exteriores, Yevgueni Primakov, porque "defendió sus intereses con vigor, pero siempre honestamente".

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Del anecdotario humano del día sobresalió el triple golpe, cariñoso y firme, que Yeltsin, propinó a la pluma con que firmó el Acta, rúbrica triplicada. O la mano vendada de Aznar, "cosas del deporte de raqueta". Y culminó en el almuerzo -en ruso, francés e inglés- con múltiples brindis por la esposa, la hija y la salud de Yeltsin: con vodka, con ginebra, con vino... hasta con cerveza mexicana. "El clima ha sido extraordinario, nunca viviremos nada igual", comentaba en privado el secretario general. "Ojalá los ciudadanos hubieran podido mirar por el ojo de la cerradura: habrían visto un conjunto de seres humanos vibrando por el futuro, nadie hablaba de los problemas políticos del pasado". Todos se besaron, a la rusa.

En el calendario inmediato figura la expectativa acrecida de que Yeltsin acuda a la cumbre de Madrid. Y el inminente nombramiento del nuevo mediador para Bosnia, para el que crecen las probabilidades del español Carlos Westendorp, por quien apostaron la norteamericana Madeleine Albright y el francés Hervé de Charette. Así como un próximo Consejo Conjunto, ¿en Madrid?.

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