Todos los ascensores deberán tener puertas interiores antes de tres años

Más de 24.000 ascensores de los 91.150 de la región tienen de uno a tres años para cumplir una nueva normativa regional que les obliga a instalar puertas dentro de las cabinas. La seguridad es la primera razón que impulsa la medida. La mayor parte de los accidentes se produce en elevadores sin puerta interior. En 1996 hubo 26 incidentes, y este año ya se ha producido un muerto (el año pasado ninguno). Las comunidades de vecinos deberán pagar entre 200.000 y 350.000 pesetas por la reforma.

Uno de cada cuatro ascensores que funcionan en la región de Madrid deberá ser reformado. Son los qu...

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Más de 24.000 ascensores de los 91.150 de la región tienen de uno a tres años para cumplir una nueva normativa regional que les obliga a instalar puertas dentro de las cabinas. La seguridad es la primera razón que impulsa la medida. La mayor parte de los accidentes se produce en elevadores sin puerta interior. En 1996 hubo 26 incidentes, y este año ya se ha producido un muerto (el año pasado ninguno). Las comunidades de vecinos deberán pagar entre 200.000 y 350.000 pesetas por la reforma.

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Uno de cada cuatro ascensores que funcionan en la región de Madrid deberá ser reformado. Son los que no tienen puertas en el interior de las cabinas. Una orden de la Consejería de Economía y Empleo de la Comunidad, de la que ayer informó su titular, Luis Blázquez, obliga a ponerlas dentro del siguiente límite de tiempo:- Para los ascensores instalados en locales públicos, el plazo es de un año si el ascensor entró en funcionamiento antes de 1972, y dos, si lo hizo después de esta fecha.

- Los ascensores de edificios de viviendas que tengan la inspección periódica en vigor deberán poner las puertas antes de un año a partir de la próxima inspección que reciban.

- El resto de los casos cuentan con dos o tres años de plazo, según recibieran la autorización de puesta en marcha antes o después de 1972, respectivamente.

El director general de Industria, Leopoldo del Pino, hizo un cálculo de lo que cuesta la reforma: de 200.000 a 350.000 pesetas en total. No se trata sólo de poner la puerta, sino de adaptar maquinaria y medidas de seguridad al nuevo peso. El gasto por familia se acerca a una media de 15.000 pesetas.

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Para que nadie se quede sin pagar, la Comunidad de Madrid tiene previsto un programa de ayudas: en él no se auxilia a comunidades de vecinos, sino a familias individuales, según su nivel de renta; la ayuda cubrirá todo el coste de la instalación, ya que se aplicará en casos de gran necesidad (jubilados o parados, por ejemplo).

Una vez que se publique la orden en el Boletín Oficial de la Comunidad de Madrid, entrará en vigor. El proceso que tendrán que seguir las asociaciones de vecinos será el siguiente: convocar la junta general de propietarios en reunión extraordinaria, incluyendo la reforma del ascensor en el orden del día; para aprobarla bastaría con una mayoría simple. De todas formas, aunque se acordara por unanimidad la no instalación, la Comunidad de Madrid, por tratarse de una norma vinculante, puede obligar a los vecinos e imponer una multa. Las sanciones que tiene previstas incluyen precintar el ascensor. En el caso de que un vecino, a título personal, se negara a pagar, la comunidad de propietarios le podría exigir daños y perjuicios de forma judicial. Es un proceso que se asemeja al seguido en el cambio de gas ciudad a gas natural.

Las empresas encargadas del mantenimiento de los ascensores se ocuparán de informar a los vecinos de los plazos concretos que les quedan. Hoy existen en Madrid unas setenta empresas instaladoras y unas ochenta encargadas de su mantenimiento. Con la medida, Blázquez espera que crezca su número y se cree empleo.

El director general de Industria anunció también una convocatoria, la del primer premio de seguridad y calidad de ascensores. Aunque no están listas las bases, hay un premio de 500.000 pesetas y la concesión de un logotipo que la empresa premiada podrá utilizar. Del Pino piensa extender este premio de seguridad a las demás actividades industriales.

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