Cartas al director

Mercadotecnia

Ya me fastidia lo bastante ver cómo la mercadotecnia mesmeriana de empresas como Nike hechiza a los jóvenes (y no tan jóvenes) para que estén dispuestos incluso a robar para conseguir sus símbolos del mercamundo en que vivimos. Pero ahora, la verdad, la gota que colma el vaso es ver cómo utilizan a nuestros héroes deportivos para que quedemos rendidos a los pies de estos dioses de nuestra época que son las marcas. Que caigan deportistas como Michael Jordan, Tiger Woods, Raúl (si es que firma al final) y Ronaldo no me sorprende. Ahora, como es poco probable que Nike venga en mi búsqueda (así qu...

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Ya me fastidia lo bastante ver cómo la mercadotecnia mesmeriana de empresas como Nike hechiza a los jóvenes (y no tan jóvenes) para que estén dispuestos incluso a robar para conseguir sus símbolos del mercamundo en que vivimos. Pero ahora, la verdad, la gota que colma el vaso es ver cómo utilizan a nuestros héroes deportivos para que quedemos rendidos a los pies de estos dioses de nuestra época que son las marcas. Que caigan deportistas como Michael Jordan, Tiger Woods, Raúl (si es que firma al final) y Ronaldo no me sorprende. Ahora, como es poco probable que Nike venga en mi búsqueda (así que mis principios están a salvo), me encuentro en la posición privilegiada de poder destacar que Nike, la empresa de imagen por excelencia, la marca que ya ni tiene que colocar su nombre en sus anuncios -ya basta con un logotipo-, posee otra imagen, la de una empresa que explota sin piedad a los trabajadores de sus fábricas en el Tercer Mundo.A Ronaldo le pagan unos 200 millones al año, creo, por aceptar -y llevar- ropa regalada estampada con ese símbolo swoosh. Mientras tanto, en Vietnam la misma empresa, según un artículo reciente en el Internacional Herald Tribune, paga $1.60 (unas 200 pesetas, curiosamente) al día a sus trabajadoras, a quienes sólo se les permite ir al lavabo una vez y beber agua dos veces cada turno de ocho horas y quienes son sujetas a prácticas de castigo corporal -tapándoles la boca con cinta para que no hablen, obligándolas a arrodillarse durante media hora con los brazos en alto, manteniéndolas al sol durante extended periods mientras escriben repetidamente sus errores... Estas trabajadoras no tienen ni para comer dado que, según el artículo (basado en un estudio hecho por un hombre de negocios norteamericano), un plato de comida muy sencilla en Vietnam sale por $0.70 (85 pesetas). ¡Y ni hablemos de ropa! 32 de las 35 trabajadoras entrevistadas dijeron que habían perdido peso durante su tiempo en la fábrica y todas dijeron encontrarse mal, con dolores de cabeza frecuentes y fatiga generalizada. Claro está como es que Nike disponga de tantos millones y quienes realmente sufraguen estos 200 kilos que le pagan a nuestro héroe.

Creo que el señor Ronaldo tendría que meditar un poco sobre sus vínculos con esta marca -al fin y al cabo un brasileño debe saber un poco más que nosotros sobre la explotación a que están sometidos los trabajadores en el Tercer Mundo. Yo, en cambio, mantengo mis principios a salvo comprando otras marcas que seguramente se comportan exactamente igual. ¡Jope! Todo parece un chiste de Forges.-

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