España negocia con cada socio de la UE su apoyó a la regulación del asilo

La representación permanente de España en Bruselas está negociando de forma bilateral con todos los demás países de la UE para intentar conseguir de ellos el apoyo a la propuesta española sobre la regulación del asilo político en el interior de la Unión. El documento español, que no elimina el derecho de asilo pero sí lo limita y lo dificulta, fue recibido en principio con gran frialdad, lo que ha obligado a España a iniciar esta nueva ronda de contactos para limar los incovenientes que plantea. cada socio.

"Las cosas están mucho mejor que cuando presentamos el documento", apuntaron aye...

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La representación permanente de España en Bruselas está negociando de forma bilateral con todos los demás países de la UE para intentar conseguir de ellos el apoyo a la propuesta española sobre la regulación del asilo político en el interior de la Unión. El documento español, que no elimina el derecho de asilo pero sí lo limita y lo dificulta, fue recibido en principio con gran frialdad, lo que ha obligado a España a iniciar esta nueva ronda de contactos para limar los incovenientes que plantea. cada socio.

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"Las cosas están mucho mejor que cuando presentamos el documento", apuntaron ayer fuentes diplomáticas españolas. Según ellas, algunos países que hasta ahora planteaban dudas o habían guardado silencio han dado garantías de que apoyarán la propuesta. Es, sobre todo, el caso de Francia, que ha garantizado que no intentará rebajar el actual texto español, ya de por sí muy alejado del objetivo inicial de eliminar el derecho de asilo en el interior de la Unión Europea. Con todo, Francia mantiene reticencias a parte del mismo.Respecto a Alemania, las dos partes están buscando una solución jurídica que permita conservar el espíritu del documento español y, al tiempo, no obligue a ese país a una modificación de su Constitución. Grecia ha dado garantías de que apoyará la iniciativa española, superando así sus reticencias iniciales. Menos avances se han obtenido con otros países que no ven la idea con buenos ojos, como Austria, Suecia, Finlandia e Irlanda.

Mientras tanto, los ministros de Asuntos Exteriores de la UE se reunieron ayer en Luxemburgo para avanzar en las negociaciones de la reforma del Tratado de Maastricht. En el encuentro se abordaron tres grandes aspectos: la política exterior y de seguridad de la Unión (PESC), el voto en el Consejo de Ministros y la reorganización de la Comisión Europea. En el primer apartado se va dibujando una fuerte mayoría en favor de extender la toma de decisiones por mayoría cualificada, evitando el derecho de veto de un solo país.

Más lentos son los avances en las otras dos cuestiones. Todos coinciden en que hay que dar más poder al presidente de la Comisión, pero los países grandes y los pequeños siguen enfrascados en una batalla acerca del número de comisarios que deben componer el colegio. En la actualidad, hay 20: dos para cada país grande (Alemania, Francia, Reino Unido, Italia y España) y uno para cada país pequeño. Los grandes están dispuestos a quedarse con uno solo si ello permite que la Comisión tenga como máximo 15 miembros.

Pero el tema más espinoso es el del voto en el Consejo de Ministros. Las sucesivas ampliaciones han diluido poco a poco el porcentaje de voto de los países más poblados. El equilibrio que existía al fundarse la Comunidad, con tres países pequeños y tres grandes, se ha roto. En la actualidad hay cinco grandes y diez pequeños. En el futuro puede haber seis grandes (los actuales y Polonia) y 14 o 15 pequeños. Los grandes quieren reconsiderar el voto actual para primar más el factor población. Pero los pequeños se oponen.

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Así, empieza a cobrar fuerza una fórmula lanzada desde foros académicos que fue despreciada al principio: la doble mayoría. Una propuesta sólo sería aprobada si tuviera el apoyo de la mayoría de los Estados miembros, pero si al tiempo esa mayoría representara un determinado porcentaje de la población. La presidencia holandesa (país pequeño) propone que sea el 60% el umbral que dé la mayoría.

"España defiende por encima de todo la reponderación del voto, aunque está abierta a todas las fórmulas posibles siempre y cuando haya un reequilibrio del peso de los grandes", afirmó ayer el secretario de Estado para las Relaciones Exteriores, Ramón de Miguel. Pero ese reequilibrio sólo se daría si las decisiones del Consejo tuvieran, como mínimo, el apoyo del 70% o el 75% de la población.

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