Cartas al director

Cambiar las normas

Hasta el pasado miércoles 9 de abril, en que apareció la noticia publicada en la página 25 de ese periódico sobre la negación a viajar a ocho integrantes de un grupo de 24 disminuidos, la mayoría con síndrome de Down, que volvían a Palma de pasar una semana de vacaciones esquiando en la estación andorrana de Pals, y la selección individual de que fueron objeto por parte del personal de vuelo mirándoles a la cara para saber quién podía volar y quién quedaba en tierra, no tenía conocimiento de que si quiero viajar en avión con mi hijo tendré que saber, además de la disminución de mi hijo, la dis...

Suscríbete para seguir leyendo

Lee sin límites

Hasta el pasado miércoles 9 de abril, en que apareció la noticia publicada en la página 25 de ese periódico sobre la negación a viajar a ocho integrantes de un grupo de 24 disminuidos, la mayoría con síndrome de Down, que volvían a Palma de pasar una semana de vacaciones esquiando en la estación andorrana de Pals, y la selección individual de que fueron objeto por parte del personal de vuelo mirándoles a la cara para saber quién podía volar y quién quedaba en tierra, no tenía conocimiento de que si quiero viajar en avión con mi hijo tendré que saber, además de la disminución de mi hijo, la disminución (al menos ética y de corazón) de la azafata o comandante piloto que nos toque en suerte para ser "mirado". En lo tocante a la compañía Spanair, nadie de mi familia volverá a volar con ellos.Entiendo que habría que cambiar las normas y aprender a ver a los seres humanos como más normales: el personal de vuelo mirando como normales a nuestros muchachos y los padres mirando como normales a dicho personal de vuelo. Le doy las gracias a EL PAÍS por su honestidad en la denuncia del suceso. Y quiero hacer patente mi agradecimiento a la Guardia Civil por abstenerse de participar ante la petición de los otros disminuidos (de corazón).-

Haz que tu opinión importe, no te pierdas nada.
SIGUE LEYENDO

Archivado En