Las formas y el lenguaje

Las formas y el lenguaje juegan un papel muy importante. "Hay que evitar pronunciar palabras que son tabú y utilizar términos que definan lo mismo. Hay que dar pistas al paciente para que, si lo desea, pregunte y obtenga, poco a poco, la información que crea estar dispuesto a asumir", explica Pilar Buil.Hay que dedicar todo el tiempo en exponerle las esperanzas que aportan los nuevos tratamientos y en alejar de su pensamiento la angustia de un futuro sufrimiento, de dolor o de soledad, que a menudo, según explica Pilar, son más fuertes que el miedo a la muerte.

"Conocemos que el pacient...

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Las formas y el lenguaje juegan un papel muy importante. "Hay que evitar pronunciar palabras que son tabú y utilizar términos que definan lo mismo. Hay que dar pistas al paciente para que, si lo desea, pregunte y obtenga, poco a poco, la información que crea estar dispuesto a asumir", explica Pilar Buil.Hay que dedicar todo el tiempo en exponerle las esperanzas que aportan los nuevos tratamientos y en alejar de su pensamiento la angustia de un futuro sufrimiento, de dolor o de soledad, que a menudo, según explica Pilar, son más fuertes que el miedo a la muerte.

"Conocemos que el paciente pasará casi sistemáticamente por varias fases: la negación, el enfado e irritabilidad consigo mismo y con los médicos, hasta la aceptación final. Sabemos ahora que hay que trabajar con la familia y que con los avances científicos nunca se debe aseverar que una enfermedad no tenga cura", agrega Buil.

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Gracia y Rodríguez coincidieron en que la responsabilidad en informar correctamente a los pacientes afecta a todos los sanitarios.

"El error fundamental del médico es ahora mismo tratar de igual forma a todos los pacientes al informar sobre un padecimiento grave. Los médicos gastan muy poco tiempo explorando las circunstancias personales del enfermo, y muchas veces no existen siquiera espacios físicos adecuados para comunicar esa mala noticia".

Pilar Buil insiste en el efecto de esta circunstancia. Se lamenta de no poder evitar muchas veces que en plena explicación de una enfermedad grave al afectado, "me interrumpan los teléfonos o se abra alguna de las tres puertas de la sala. Esto no es el mejor método para centrarte y explicar algo tan delicado".

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