Erbakan desoye la presión antiislámica del Ejército turco

El primer ministro de Turquía y líder del islamista Partido del Bienestar, Necmettin Erbakan, se rebeló ayer contra el Ejército -defensor a ultranza del Estado laico-, al anunciar que no va a llevar adelante las medidas que éste le ha recomendado. El Consejo Nacional de Seguridad, un órgano teóricamente consultivo pero cuyas consignas se siguen siempre al pie de la letra en Turquía, acusó a Erbakan de hacer demasiadas concesiones al integrismo islámico y le pidió que pusiera en marcha un plan de 20 medidas antiislamistas. Miles de personas salieron a protestar en Estambul, la principal ...

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El primer ministro de Turquía y líder del islamista Partido del Bienestar, Necmettin Erbakan, se rebeló ayer contra el Ejército -defensor a ultranza del Estado laico-, al anunciar que no va a llevar adelante las medidas que éste le ha recomendado. El Consejo Nacional de Seguridad, un órgano teóricamente consultivo pero cuyas consignas se siguen siempre al pie de la letra en Turquía, acusó a Erbakan de hacer demasiadas concesiones al integrismo islámico y le pidió que pusiera en marcha un plan de 20 medidas antiislamistas. Miles de personas salieron a protestar en Estambul, la principal ciudad del país, contra el aumento de la presión integrista en la sociedad turca."El Gobierno lo forma el Parlamento, no el Consejo. La voluntad del pueblo está representada por el Parlamento y de éste deben emanar las resoluciones", declaró Erbakan en una conferencia de prensa. El Consejo Nacional de Seguridad se reúne una vez al mes, y está formado por los principales comandantes militares y cuatro dignatarios civiles. La intensa reunión del pasado viernes, que duró nueve horas, concluyó con un plan de una veintena de puntos que el domingo publicó toda la prensa turca. En el plan se incluye la prohibición de toda propaganda en favor de la sharía (ley coránica) en emisoras de radio y televisiones islamistas, mayores restricciones sobre las vestimentas religiosas y que se adopten medidas para impedir a los radicales infiltrarse en la Administración.

Venta de fusiles

Los militares, guardianes tradicionales de la laicidad de las instituciones exigen también una estricta vigilancia de las organizaciones financieras controladas por las hermandades islámicas y un estrecho control de las compras de fusiles, cuyas ventas se han disparado recientemente. El Consejo quiere también una tarea de prevención de las iniciativas atribuidas a Irán para desestabilizar Turquía.

Erbakan, que se esforzó durante todo el fin de semana por minimizar el impacto de la reunión del Consejo, afirmó que no ha recibido el plan de 20 puntos que la prensa ha relatado.

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Erbakan, primer ministro del Gobierno de coalición con el conservador Partido de la Recta Vía, que dirige la ministra de Exteriores Tansu Çiller, es el primer líder islamista que se pone al frente del Gobierno turco desde que Mustafá Kemal, Ataturk, fundó la República de Turquía sobre las cenizas del imperio otomano, el 3 de marzo de 1924. Desde entonces, Turquía se ha guiado por los principios kemalistas de laicidad y acercamiento a Occidente.

El Ejército se ha constituido siempre en el principal garante del kemalismo y ya en tres ocasiones -1960, 1971 y 1980- ha derribado a los Gobiernos civiles. Pocos son los que dudan de que lo volverán a hacer en cuanto consideren que Erbakan pone en peligro la laicidad del Estado.

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