Tribuna:

Escenarios alternativos

La construcción europea pasa por tiempos difíciles, de semiparálisis, debido a la mala coyuntura de los principales países de la Unión Europea (Alemania y Francia) y a los nervios exacerbados de los aspirantes más dudosos (Italia y España). Conforme se acerca la fecha prevista para, que los quince pasen el examen de reválida, los mercados empiezan a moverse.En este contexto cobran mayor significación las reformas estructurales pendientes de las economías comunitarias, que serán las que diferenciarán de verdad a los países, una vez que los artilugios de la contabilidad creativa fo...

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La construcción europea pasa por tiempos difíciles, de semiparálisis, debido a la mala coyuntura de los principales países de la Unión Europea (Alemania y Francia) y a los nervios exacerbados de los aspirantes más dudosos (Italia y España). Conforme se acerca la fecha prevista para, que los quince pasen el examen de reválida, los mercados empiezan a moverse.En este contexto cobran mayor significación las reformas estructurales pendientes de las economías comunitarias, que serán las que diferenciarán de verdad a los países, una vez que los artilugios de la contabilidad creativa forman parte ya de la cultura general y homologan del mismo modo a unos y otros.

Al cumplirse un año de las elecciones generales que dieron el Gobierno al PP, casi todos los expertos coinciden en que el principal activo que puede presentar José María Aznar es un escenario macroeconómico bastante positivo (disminución significativa de la inflación, espectacular reducción de los tipos de interés, levísima bajada del desempleo, control del déficit público y aumento del porcentaje, de deuda respecto al PIB). Sin embargo, los mismos técnicos indican que las grandes reformas que necesita España están intactas; al ser impopulares tales cambios y no gozar la derecha de la mayoría albsoluta que autopronosticó, el Ejecutivo los ha dejado para más adelante tras comprobar, a través de los globos sondas, las resistencias que generan.

En el escenario europeo se empiezan a contemplar, cada vez más nítidamente -y pese a las declaraciones en contra de los dirigentes políticos-, diversas alternativas a la fecha del 1 de enero de 1999 para la entrada en vigor de la moneda única: el retraso, con la plasmación del fracaso para poner en marcha el artefacto y el aumento del euroescepticismo de los ciudadanos; el mantenimiento de la fecha, con una interpretación flexible de los criterios de convergencia y una cierta manga ancha para determinados países (no para todos); y, por paradójico que parezca, el adelanto de la fecha de furicionamiento del euro, aunque ello genere problemas técnicos importantes.

Los defensores de esta Última hipótesis entienden que, en muchos países, la economía no ha tocado fondo y que. los próximos tiempos dejarán en buen lugar a los actuales, por lo que sería oportuno practicar un big bang y poner en marcha el euro en el año 19,98, para lo que habría que tomar la decisión en este cuatrimestre. En este caso, España tendría menos posibilidades de entrar con el primer grupo de países.

Las consecuencias para la economía española de un retraso del euro, sin variación de las condiciones políticas (y por tanto, sin hacer las reformas estructurales más dolorosás),- tampoco serían buenas a pesar de que, aparentemente, dispondría de más tiempo para el ajuste. Una buena parte de la estrategia para cubrir el criterio de un déficit público no superior al 3% se basa en los ingresos atípicos de las privatizaciones. Cuando éstos se acaben, sólo hay dos posibilidades: o un recorte brutal en el gasto público o un aumento muy significativo de la presión fiscal. Poca gente cree que el Gabinete del presidente Aznar tenga la voluntad política y la fortaleza económica para aplicarse en ello: no valen las frases rimbombantes como la de "caiga quien caiga".

Si la patronal y los sindicatos llegan a un acuerdo sobre la reforma laboral que luego avale el Gobierno, ¿dejaremos de decir que España tiene problemas de competitividad sólo en el mercado de trabajo y empezaremos a hablar de otros sectores en los que también falta capacidad de competir con el exterior -por ejemplo, el empresarial-o, en un futuro más o menos -próximo, tendremos la necesidad de una nueva reforma Iaboral y más flexibilidad?

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