Violencia a la puerta del colegio

El 26 de noviembre, junto al instituto Marqués de Suanzes (San Blas), se desató una violentísima reyerta juvenil. Dos estudiantes menores, que el día anterior habían aplazado su pendencia, se vieron las caras. Cada uno iba acompañado, por su cuadrilla. Catorce chavales en un bando, seis en otro. Empezaron los insultos y salieron las navajas. A los pocos segundos, un chaval de 16 años caía al suelo con una puñalada en el pecho.Este apuñalamiento, que bordeó el homicidio, fue el que disparó la preocupación institucional por la violencia en las aulas e impulsó a la Delegación del Gobierno y a la ...

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El 26 de noviembre, junto al instituto Marqués de Suanzes (San Blas), se desató una violentísima reyerta juvenil. Dos estudiantes menores, que el día anterior habían aplazado su pendencia, se vieron las caras. Cada uno iba acompañado, por su cuadrilla. Catorce chavales en un bando, seis en otro. Empezaron los insultos y salieron las navajas. A los pocos segundos, un chaval de 16 años caía al suelo con una puñalada en el pecho.Este apuñalamiento, que bordeó el homicidio, fue el que disparó la preocupación institucional por la violencia en las aulas e impulsó a la Delegación del Gobierno y a la Dirección Provincial de Educación a preparar un proyecto para prevenirla. Las agresiones, sin embargo, no cesaron. Apenas un mes después, tres colegios de Móstoles tuvieron que suspender sus clases por actos vandálicos. Por esas mismas fechas, la policía del distrito Centro, a petición de los padres de alumnos, atemorizados por el incremento de las agresiones, tuvo que aumentar la vigilancia en los colegios de la zona. Unas dos semanas después, a finales de enero, un concejal socialista de Majadahonda denunciaba las palizas que un menor, El Bicho, y su pandilla propinaban a los escolares de esa localidad. Y el pasado 3 de febrero, la policía informaba de la captura de una banda de muchachas que tenía aterrorizadas a sus compañeras del instituto Padrolongo (Usera).

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"En casi todos los casos se trató de una violencia ejercida a las puertas del colegio, en los recreos o en los comedores, pero no en las aulas. Tampoco implicaron un aumento estadístico. A diferencia de otros países, los incidentes de este tipo en España son mínimos", indicó una fuente policial, quien, sin embargo, recalcó la tradición que poseen en España las extorsiones entre menores. En octubre se destapó el caso de un chico de 16 años que durante un mes fue amenazado, incluso con navaja, para que facilitase información de compañeros de colegio cuyos padres tuvieran una buena situación económica. Otro hecho similar vivió un chico de 15 años, a quien otros tres menores le robaron las llaves. Los ladrones, luego, entraban en su casa y la desvalijaban. Para evitar que su víctima les denunciase, la habían amenazado de muerte.

"Nos enfrentamos a una violencia organizada, que va más allá de lo que habitualmente se genera en un centro escolar", dijo el presidente de Jóvenes contra la Intolerancia, Esteban Ibarra, para quien el plan de prevención de la violencia. incurre en dos grandes fallos. "No estudia el alcance del problema, y obvia los problemas de fondo, al ofrecer una lectura desideologizada de la violencia", dijo Ibarra.

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