Cartas al director

Los gitanos de Valdemingómez

Por medio de estas líneas queremos manifestar nuestro estupor por el trato inhumano que reciben las familias gitanas de Valdemingómez. Si viéramos a nuestros semejantes soportando tales condiciones en un país "subdesarrollado", no podríamos evitar una sensación de impotencia y de rabia. Que las víctimas de esta discriminación racial sean españoles, y más concretamente ciudadanos nuestros, madrileños como muchos de nosotros, nos produce un especial sentimiento de vergüenza e indignación.Hace tres años, unos asentamientos de chabolistas fueron expulsados de San Blas porque los terrenos donde est...

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Por medio de estas líneas queremos manifestar nuestro estupor por el trato inhumano que reciben las familias gitanas de Valdemingómez. Si viéramos a nuestros semejantes soportando tales condiciones en un país "subdesarrollado", no podríamos evitar una sensación de impotencia y de rabia. Que las víctimas de esta discriminación racial sean españoles, y más concretamente ciudadanos nuestros, madrileños como muchos de nosotros, nos produce un especial sentimiento de vergüenza e indignación.Hace tres años, unos asentamientos de chabolistas fueron expulsados de San Blas porque los terrenos donde estaban instalados iban a ser urbanizados por el municipio. Las familias no gitanas fueron realojadas por el Ayuntamiento; las familias gitanas fueron expedidas en cambio a Valdemingómez, junto al vertedero de la ciudad, en una actuación similar a los traslados forzosos de la población negra durante el apartheid en Suráfrica. Las condiciones en que allí viven son un auténtico descrédito para la capital de una presunta democracia europea. No es necesario entrar en detalles sobre la miseria que padecen. Todos sabemos cómo viven los gitanos de Valdemingómez, aunque apartemos la mirada. 'Por otra parte, aunque se desconozca su alcance, los riesgos que corre su salud tienen ya graves repercusiones. No obstante, aún no se ha hecho nada para cambiar o mejorar su suerte.

Hace justamente cuatro años, Madrid se enorgullecía de ser la Capital Europea de la Cultura. ¿Cómo explicar entonces que las familias de Valdemingómez sigan en condiciones que las condenan a una muerte lenta?- y 20 firmas más.

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