Nuevo catecismo

Aquellos años felices del catecismo de la doctrina cristiana eran también de pluralismo aunque ahora Sopena, el autor de El florido pensil y de El paso alegre de la paz, quiera negarlo tergiversándolo todo. La competencia estaba garantizada en el seno de la propia Compañía de Jesús entre los padres Ripalda y Astete. Los niños, que ahora manipulan los socialcomunistas para que se manifiesten ante el Ministerio de Educación y Ciencia y perturben a Esperanza Aguirre, entonces participaban ávidos en los campeonatos de catecismo. El concurso se organizaba de manera que cada participan...

Aquellos años felices del catecismo de la doctrina cristiana eran también de pluralismo aunque ahora Sopena, el autor de El florido pensil y de El paso alegre de la paz, quiera negarlo tergiversándolo todo. La competencia estaba garantizada en el seno de la propia Compañía de Jesús entre los padres Ripalda y Astete. Los niños, que ahora manipulan los socialcomunistas para que se manifiesten ante el Ministerio de Educación y Ciencia y perturben a Esperanza Aguirre, entonces participaban ávidos en los campeonatos de catecismo. El concurso se organizaba de manera que cada participante debía recitar una pregunta o una respuesta y el contiguo debía dar la contestación o formular la siguiente cuestión por el orden en que figuraban en el catecismo de referencia. Era un sistema que además ejercitaba esa facultad de la memoria luego tan desprestigiada y terminaba con premios escolares para estímulo de los ganadores.Me cuentan que en el Colegio de Nuestra Señora de las Maravillas de los Hermanos de las Escuelas Cristianas funcionaba el Ripalda. En presencia del hermano director se daba la señal de salida y el primero de los seleccionados para la final empezaba así: "Decid niño, ¿cómo os llamáis?" El siguiente respondía: Pedro, Juan, Francisco, etcétera. Continuaba el turno: "¿Sois cristiano?" Y continuaba el de al lado: "Sí, por la gracia de Dios". Inmediatamente era el turno de pregunta: "¿Qué quiere decir cristiano" ? Y la respuesta la daba el concursante adyacente: "Hombre que tiene la Fe de Cristo que profesó en el Bautismo". Cualquier fallo en la literalidad del texto suponía la eliminación y así se llegaba con limpieza y publicidad a proclamar a los vencedores.

40 años después, en los periódicos del día pueden rastrearse las huellas mentales de aquellos procedimientos tan queridos al nacionalcatolicismo. Con pulso firme, Pedro Zola recupera estos sistemas de siempre acreditados durante siglos. El prontuario ofrece una versión tersa con todas las preguntas que una mente infantil puede hacerse y añade las respuestas que hacen asequibles a la opinión pública los intrincados asuntos del nuevo dogma político digital que se pretende implantar. Son las "20 claves para entender el trasfondo de la crisis de Nochebuena". Así que ahora pensábamos desayunarnos con un pastorcito de los que fueron al Portal de la plataforma digital y averiguamos por el mundo mundial que estamos tomando el roscón con el mismísimo Herodes Asensio. Según el primer relato ingenuo, los ángeles del Gobierno Aznar pensábamos que se habían aparecido con toda neutralidad y sin favoritismo alguno a cuantos velaban por sus rebaños y ahora descubrimos que estaban aupando por lo bajini al rey del mambo o de los derechos del fútbol televisado para terminar con el plus de los canales.

El mundo idílico del Belén adquiere bajo este revelador enfoque los caracteres de una partida entre gánsteres. Aquel cielo de papel azul con estrellitas de plata recortadas de los envoltorios de las chocolatinas, que hubieran parecido satélites geoestacionarios prontos a difundir la buena nueva digitalizada, se han ennegrecido con los más catastróficos presagios que amenazan "el prestigio y el principio de autoridad del Gobierno de Aznar", cuya "ridiculización neutralizará en gran medida la mejora de la situación económica", mientras asoma "el regreso de González". Así que, en definitiva, a largo plazo "la alternancia en el poder con sistirá en determinar qué partido será el encargado de limpiarle los zapatos a Polanco". Entre tanto, a los braceros de la comunicación cabría recordarles aquella máxima de José María de Areilza según la cual no hay mayor síntoma de sumisión que adoptar como propios los odios ajenos. Para el año 97 el mejor propósito es adoptar el lema de Arturo Soria y Espinosa: "Ni mando a necios, ni obedezco a pícaros".