Cartas al director

A los manifestantes de HB

El dolor de ver cómo os manifestabais ante la casa de la familia Delclaux es superior al dolor de ver los cuerpos destrozados de las bombas. Produce más dolor el espectáculo de la felicidad ante la desgracia ajena que esa misma desgracia. Más dolor y más asco. Que triste patria auspiciáis. Os vi por la televisión: con vuestros rostros saludables, con vuestros pasos tranquilos, con vuestras tiernas bufandas, con vuestros niños de la mano (ojalá esos niños os detesten un día). Supongo que todos somos secretamente verdugos, que todos cometemos fechorías bajo nuestros rostros angelicales; pero, po...

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte

El dolor de ver cómo os manifestabais ante la casa de la familia Delclaux es superior al dolor de ver los cuerpos destrozados de las bombas. Produce más dolor el espectáculo de la felicidad ante la desgracia ajena que esa misma desgracia. Más dolor y más asco. Que triste patria auspiciáis. Os vi por la televisión: con vuestros rostros saludables, con vuestros pasos tranquilos, con vuestras tiernas bufandas, con vuestros niños de la mano (ojalá esos niños os detesten un día). Supongo que todos somos secretamente verdugos, que todos cometemos fechorías bajo nuestros rostros angelicales; pero, por favor, que el destino me conserve siempre un poco de estómago y de vergüenza, un último resto de piedad.Pido no ser como vosotros. Pido no parecerme nunca a vosotros. Si alguna vez hay algo en mí que recuerde a vosotros, pido caer inmediatamente fulminado-

Haz que tu opinión importe, no te pierdas nada.
SIGUE LEYENDO

Archivado En