Chantaje económico a los periódicos los independientes

Desenvuelto y afrancesado, el director del diario El Watan, Omar Belhuchet, prefiere no recordar lo que pasó el 13 de mayo de 1993, cuando se libró milagrosamente de las balas de un grupo integrista mientras llevaba a sus hijos al colegio. Un periodista británico le preguntaba ayer en su destartalado despacho por un fax enviado desde Londres en el que el GIA amenazaba de muerte a todos los miembros de su Redacción. "Eso ya no es noticia, joven, aquí recibimos amenazas desde julio de 1991", le replicó con una sonrisa.El titular que copaba la primera página de El Watan, 'Un plebisc...

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Desenvuelto y afrancesado, el director del diario El Watan, Omar Belhuchet, prefiere no recordar lo que pasó el 13 de mayo de 1993, cuando se libró milagrosamente de las balas de un grupo integrista mientras llevaba a sus hijos al colegio. Un periodista británico le preguntaba ayer en su destartalado despacho por un fax enviado desde Londres en el que el GIA amenazaba de muerte a todos los miembros de su Redacción. "Eso ya no es noticia, joven, aquí recibimos amenazas desde julio de 1991", le replicó con una sonrisa.El titular que copaba la primera página de El Watan, 'Un plebiscito cuestionado', chocaba con las alabanzas de los medios progubemamentales -El Muyahid: 'Aprobada la Constitución' o L'Authentique: 'Un sí masivo' al éxito del régimen en la consulta popular. "Aunque en Argelia hubiese libertad de expresión completa, habría titulado igual: ante la ausencia de interventores de los partidos y de observadores internacionales, podemos sospechar que ha habido fraude, pero no lo podemos probar", explica Belhuchet.

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Tras la aprobación de la nueva Constitución, la sombra de una ley de información restrictiva se cierne sobre los periódicos independientes. "Desde el pasado mes de agosto estamos sometidos a una especie de chantaje económico por parte del Gobierno, que nos ha retirado su publicidad institucional y la de las empresas públicas, lo que suponía cerca de la mitad de nuestros ingresos por anuncios", revela el director de El Watan. El control sobre la prensa, sin embargo, se ejerce, sobre todo, desde las imprentas estatales, que monopolizan el sector. Los denominados comités de lectura ejercen una censura previa de hecho y retiran de las rotativas los artículos críticos con el régimen.

"Ha sido un referéndum militarizado", asegura un cronista político del diario en lengua árabe El Jabar, "a pesar de que el presidente Liamín Zerual ganó limpiamente las elecciones de hace un año".

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