Editorial:

Dividendos de paz

LA CONFERENCIA económica sobre Oriente Próximo, celebrada en El Cairo, ha mostrado hasta qué punto el desarrollo de la zona está supeditado al progreso del proceso de paz palestino-israelí. Los llamados dividendos de la paz han empezado a notarse, con todo, en Israel y en menor medida en Egipto. Pero la autonomía palestina, en cambio, está pagando muy cara la intransigencia del Gobierno de Netanyahu. Esta conferencia, a la que han concurrido diplomáticos y empresarios de 80 países, se ha diferenciado de las anteriores -Casablanca (1994) y Ammán (1995)- en que se han confirmado las peore...

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LA CONFERENCIA económica sobre Oriente Próximo, celebrada en El Cairo, ha mostrado hasta qué punto el desarrollo de la zona está supeditado al progreso del proceso de paz palestino-israelí. Los llamados dividendos de la paz han empezado a notarse, con todo, en Israel y en menor medida en Egipto. Pero la autonomía palestina, en cambio, está pagando muy cara la intransigencia del Gobierno de Netanyahu. Esta conferencia, a la que han concurrido diplomáticos y empresarios de 80 países, se ha diferenciado de las anteriores -Casablanca (1994) y Ammán (1995)- en que se han confirmado las peores previsiones de atasco político.El Gobierno del Likud, en el poder desde junio pasado, ha reducido al mínimo el flujo de trabajadores palestinos desde los territorios ocupados a Israel como represalia por los sangrientos atentados terroristas de Hamás, notablemente en la primavera pasada. El número de palestinos que cruzaba la frontera cada día se ha reducido de 100.000 a 20.000. La consecuencia es que la economía palestina, en vez de crecer un 2% en 1996 como preveía el Banco Mundial, va a contraerse entre un 5% y un 10%. Paralelamente, la israelí, que se surte ahora de trabajadores asiáticos importados, crecerá este año un 6% y bate récords de inversión extranjera tras el fin del embargo árabe a sus productos, fruto de los acuerdos de Washington de 1993.La virtual paralización del proceso de paz, por la siempre esperada evacuación militar israelí de Hebrón, y, en términos más generales, por la negativa de Netanyahu, a asumir el planteamiento de paz por territorios, ha politizado la conferencia. El comunicado final ha dado un espaldarazo a las posiciones del líder palestino, Yasir Arafat, al exhortar a Israel a que alivie la situación económica en los territorios ocupados permitiendo la entrada de trabajadores como antaño, pero, sobre todo, al subrayar la necesidad de concesiones israelíes de fondo. Es decir, la evacuación de Hebrón y progresivamente del resto de Cisjordania. La conferencia ha apoyado también las posiciones de la Unión Europea, que como,` máximo proveedor de fondos para la Autoridad Nacional Palestina aspira a un protagonismo en las conversaciones que le niegan abruptamente tanto Israel como Estados Unidos.

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