La feria de los consejos

400 expositores enseñan a llevar una vida más sana en una muestra de productos y alimentos naturales

Es la feria de los consejitos, pero también la más sana y verde de cuantas se celebran a lo largo del año en Madrid. Eso era, al menos, lo que opinaban ayer la mayoría de los que curioseaban, degustaban y cargaban con un surtido de productos ecológicos y de alimentos naturales y biológicos, en el recinto ferial de la Casa de Campo, donde hasta mañana se celebra BioCultura. A esta edición, la duodécima, han acudido unos 400 expositores, procedentes de todos los rincones de España, 50 menos que el año anterior. Esta reducción la justificaba ayer un portavoz de la organización: "Este año h...

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Es la feria de los consejitos, pero también la más sana y verde de cuantas se celebran a lo largo del año en Madrid. Eso era, al menos, lo que opinaban ayer la mayoría de los que curioseaban, degustaban y cargaban con un surtido de productos ecológicos y de alimentos naturales y biológicos, en el recinto ferial de la Casa de Campo, donde hasta mañana se celebra BioCultura. A esta edición, la duodécima, han acudido unos 400 expositores, procedentes de todos los rincones de España, 50 menos que el año anterior. Esta reducción la justificaba ayer un portavoz de la organización: "Este año hemos sido mucho más críticos en la selección de los participantes. Hay menos, pero todos de calidad. Había mucha gente que venía sólo a vender, daba igual lo que fuera. Y aquí sólo tienen cabida los productos saludables".

Hay dos palabras mágicas con las que se machaca al visitante en esta feria: vida sana. Y eso era en busca de lo que iba ayer Javier Carcía, un informático de 32 años enterado de lo último en tecnología y en ordenadores, pero muy perdido con todo lo relacionado con el medio ambiente.

"He venido por probar. y me preocupa no disfrutar de una mejor calidad de vida. Comemos fatal, todo está adulterado con conservantes, y los alimentos que tomamos en la ciudad no son sanos. Tenemos que interesarnos más por todos los productos que provienen de los pueblos", contaba, mientras su esposa mojaba pan en un cuenco con aceite de oliva virgen de Jaén. "Esto sí que sabe a aceite", decía la mujer. "Cómo que es oliva virgen, sin mezclar. Sano, sano", contestaba el aceitero jienense Ildefonso Espinosa, que durante la mañana despachó 500 botellas de- aceite.

"He agotado todas las existencias, y he pedido que me manden de la fábrica 600 litros más. Que la gente demande estos productos significa que hay una preocupación por Ios alimentos sanos de la tierra", explicaba Espinosa, que aconsejaba a sus clientes cómo elegir un buen aceite: "El sabor, irreprochable; al color, le pasa como al vino, es indiferente; y el aroma tiene que ser limpio y sano". Todo eran consejos. "El azafrán, señora", decía uno de los vendedores de este condimento propio de Jiloca (Aragón), "tiene que secarlo un poco al sol para que esté crujiente antes de espolvorearlo en él guiso. Y siempre, hay que añadirlo cuando esté hirviendo", seguía explicando.

En otro puesto se sugería cómo utilizar una cafetera artesana, que supuestamente hace mejor café; en otro, se enseñaba la postura ideal para dormir; en otro, los placeres de la aromaterapia; en otro, a relajarse; en otro, a preparar hierbas curativas: en otro...

Semana verde BioCultura. Pabellón de Cristal de la Casa de Campo. Metro Lago. Hasta el 11 de noviembre. De 10.00 a 20.00. Lunes, de 10.00 a 19.00. Entrada: 500 pesetas.

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