Los zapatistas pisan Ciudad de México con pemiso oficial

Ramona, una diminuta indígena tzotzil que desempeña el cargo de comandante en el Ejército Zapatista de Liberación Nacional (EZLN), la guerrilla alzada en armas en el sureño Estado de Chiapas en enero de 1994, se convirtió ayer en la primera representanté del grupo armado que pone un pie, de forma pública, en la capital de México. Con el visto bueno, eso sí, del Gobierno federal. El motivo: clausurar un congreso indígena que se celebra en el Distrito Federal.Ramona es un símbolo silencioso en el EZLN. Tiene 34 años y una grave afección renal. Desde febrero de 1994, se le había perdido. l...

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte

Ramona, una diminuta indígena tzotzil que desempeña el cargo de comandante en el Ejército Zapatista de Liberación Nacional (EZLN), la guerrilla alzada en armas en el sureño Estado de Chiapas en enero de 1994, se convirtió ayer en la primera representanté del grupo armado que pone un pie, de forma pública, en la capital de México. Con el visto bueno, eso sí, del Gobierno federal. El motivo: clausurar un congreso indígena que se celebra en el Distrito Federal.Ramona es un símbolo silencioso en el EZLN. Tiene 34 años y una grave afección renal. Desde febrero de 1994, se le había perdido. la pista. Su salida de Chiapas fue toda una puesta en escena de ésas que tan magistralmente organiza el subcomandante Marcos. Ante 50 combatientes a caballo, el dirigente zapatista entregó a la indígena a la comisión de legisladores, que la trajo a la ciudad a bordo de un avión privado. Ramona vestía el huipil (blusa bordada) típico de Los Altos, su región de origen, y el inseparable pasamontañas. Portaba en las manos la bandera de México. "Antes de morir, ha querido hablar con otros indígenas", señaló Marcos.

Conocer lo que pasa fuera, es entender lo que pasará dentro, no te pierdas nada.
SIGUE LEYENDO

Archivado En