Entrevista:

"Los ciudadanos están dispuestos a pagar por la sanidad si funciona"

Ni Suecia, país pionero y modélico en sus prestaciones sociales, se ha librado del recorte. En la década de los setenta, los suecos pagaban apenas 140 pesetas por cada visita al médico especialista. Hoy pagan 4.000 y, además, bastantes más impuestos. No lo aceptan mal, asegura suministra de Sanidad, Margot Wallströn. "Ven que pueden elegir el mejor tratamiento posible", dice. "Lo que no perdonarían es que no funcionara". Pero por si acaso, y ante la incertidumbre de lo que les depare el futuro, cada vez son más los que se hacen seguros privados, según reconoció la pasada semana en Madrid, ...

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Ni Suecia, país pionero y modélico en sus prestaciones sociales, se ha librado del recorte. En la década de los setenta, los suecos pagaban apenas 140 pesetas por cada visita al médico especialista. Hoy pagan 4.000 y, además, bastantes más impuestos. No lo aceptan mal, asegura suministra de Sanidad, Margot Wallströn. "Ven que pueden elegir el mejor tratamiento posible", dice. "Lo que no perdonarían es que no funcionara". Pero por si acaso, y ante la incertidumbre de lo que les depare el futuro, cada vez son más los que se hacen seguros privados, según reconoció la pasada semana en Madrid, donde Wallströn participó en las jornadas sobre reforma sanitaria organizadas por The Economist.Pregunta. Además de contribuir al gasto, ¿persigue algún objetivo más el imponer tasas sanitarias?

Respuesta. Nuestro sistema se ha implantado para dirigir los pacientes al nivel adecuado de la asistencia. Con esto quiero decir que primero acudes al ambulatorio y si quieres ver un especialista, el médico de cabecera tiene que haber hecho el volante. Además, pagas tus medicinas. Ahora se pagan hasta 8.000 pesetas por cada fármaco con un límite de 26.000 pesetas. Es para dar mayor responsabilidad al paciente. Ahora bien, los que tienen un gasto total muy grande en medicinas, como por ejemplo los enfermos crónicos, una vez que alcanzan ya las esa cantidad, se les reembolsa el resto.

P. ¿Hay diferencias en el pago según los ingresos?

R. No, todo el mundo paga lo mismo.

P. ¿La participación del usuario ha reducido el gasto?

R. Creo que hemos conseguido controlarlo. La medida de tener que pagar hasta 4.000 pesetas para visitar al médico hace que el ciudadano no vaya tantas veces.

P. Esta política lleva implícita la idea de que los servicios sanitarios se usan, a menudo innecesariamente.

R. Es muy difícil afirmarlo. No disponemos todavía de datos para asegurarlo en un sentido o en otro. En Suecia varía según las regiones porque cada autoridad local tiene capacidad para establecer las tasas a cobrar. El techo se sitúa en las 44.000 pesetas. El resto lo paga el Estado.

P. ¿Ofrece la sanidad sueca todo tipo de prestaciones?

R. Hay prestaciones totalmente gratuitas como el seguimiento del embarazo y la pediatría y hay otras que es muy difícil financiar, como la cirugía plástica. También en la fecundación in vitro debe el ciudadano pagar una parte importante. Las autoridades son reacias también a pagar los tratamientos homeopáticos o los tratamientos contra el dolor lumbar, porque no hay suficientes pruebas para creer en ellos.

P. ¿Todavía es mayoritario en su país el sistema público en la sanidad?

R. Cada vez más suecos acuden a servicios sanitarios privados, pero la mayoría sigue dentro del sector público. Y creo que la razón es que no saben si va a perdurar este sistema y, también, porque tienen que pagar más dinero, aparte de que ha habido listas de espera bastante grandes para algunos tratamientos.

P. O sea, que hay tasas y listas de espera. ¿Dónde ha ido a parar el modélico sistema sueco de prestaciones sociales?

R. Es importante decir que nuestro sistema funciona bien y que el nivel de vida de nuestros pensionistas es superior al de los españoles, por ejemplo, por lo que el pago de las tasas hay que relativizarlo. Tenemos muy buenas prestaciones sanitarias. Todo está muy bien equipado y la asistencia médica es muy buena. Donde vemos problemas es en la asistencia a la gente mayor.

P. ¿Es la participación del usuario la única solución?

R. Nuestro nivel de vida es muy alto en relación con España. Las pensiones suecas son muy altas comparadas con las españolas. Por eso allí pueden pagar más. También hay que tener en cuenta que en Suecia ya pagamos unos impuestos muy altos, por lo que no teníamos mucha capacidad de maniobra.

P. Debe ser difícil explicar al ciudadano la subida de impuestos y tasas sanitarias al mismo tiempo.

R. En Suecia todo ha sido un proceso bastante natural. La gente ha visto la realidad en su zona o en su región. Han visto que en los últimos años ha habido una gran recesión económica. No ha supuesto un gran debate el pagar más. Lo que no se perdonaría es que, -a pesar de los impuestos y las tasas, no funcionara el sistema.

P. ¿Cuáles son los retos de futuro para el sistema sueco?

R. Garantizar los recursos y prever los cambios demográficos. Todos los expertos coinciden en afirmar que de aquí al 2010 habrá cada vez más diferencia entre los recursos existentes y las necesidades. Como políticos podemos dar la bienvenida a algunos cambios estructurales como la cirugía ambulatoria, que reduce la estancia en los hospitales. Esto equilibra la demanda de los mayores que cada vez requieren más asistencia.

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