"Ha sido una matanza"

J. C. G. Ibrahim Abu Ghanem, un trabajador palestino del Monte de los Olivos, fue el primero en caer con la cabeza destrozada por una bala de plástico. El doctor Hainzi Barakat, que también oraba en Al Aqsa, fue el primero en atenderlo. "Le dispararon aquí", dijo poniéndose el dedo en la frente. Barakat mostró luego su mocasín derecho. Sobre el cuero negro había sangre y restos encefálicos.

"Ha sido una matanza", dijo el médico. "Vi tres cadáveres y traté de ayudar a más de 30 heridos. Los soldados no dejaron pasar a las ambulancias. La primera llegó 40 minutos después del último...

J. C. G. Ibrahim Abu Ghanem, un trabajador palestino del Monte de los Olivos, fue el primero en caer con la cabeza destrozada por una bala de plástico. El doctor Hainzi Barakat, que también oraba en Al Aqsa, fue el primero en atenderlo. "Le dispararon aquí", dijo poniéndose el dedo en la frente. Barakat mostró luego su mocasín derecho. Sobre el cuero negro había sangre y restos encefálicos.

"Ha sido una matanza", dijo el médico. "Vi tres cadáveres y traté de ayudar a más de 30 heridos. Los soldados no dejaron pasar a las ambulancias. La primera llegó 40 minutos después del último disparo", agregó.

"Cayeron piedras y tronaron disparos", dijo Mohamed Faris, un joven sastre de. Jerusalén cuando consiguió salir de la Explanada de las Mezquitas.

El Gobierno israelí dijo anoche que los soldados penetraron en la zona porque los palestinos habían comenzado a arrojar piedras sobre los judíos que oraban en el contiguo Muro de las Lamentaciones y porque "tenían informes de que muchos de los palestinos llevaban armas escondidas"'. ,