"Sadam Husein nos ha devuelto la dignidad".

El lider iraquí vuelve a gozar de una primavera política en su país gracias a la amenaza de ataque de EE UU

No hubo guerra y parece que no la habrá. Ahora, la batalla en Irak es mantener a Sadam Husein en la cresta de la ola de popularidad a la que ha llegado tras su último desafio a Estados Unidos. En Bagdad, Sadam es el héroe del momento e incluso en, círculos en los que hasta hace poco se susurraban críticas livianas, hoy se impone la admiración. "Nos ha devuelto el Kurdistán y la dignidad", decía ayer un profesor universitario usual mente poco dado a elogiar al Gobierno. Se refería a la campañla que hace dos semanas culminó con el triunfo del Partido De mocratico del Kurdistán (PDK) aliado de Ba...

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No hubo guerra y parece que no la habrá. Ahora, la batalla en Irak es mantener a Sadam Husein en la cresta de la ola de popularidad a la que ha llegado tras su último desafio a Estados Unidos. En Bagdad, Sadam es el héroe del momento e incluso en, círculos en los que hasta hace poco se susurraban críticas livianas, hoy se impone la admiración. "Nos ha devuelto el Kurdistán y la dignidad", decía ayer un profesor universitario usual mente poco dado a elogiar al Gobierno. Se refería a la campañla que hace dos semanas culminó con el triunfo del Partido De mocratico del Kurdistán (PDK) aliado de Bagdad, en el norte del país y la resistencia iraquí ante los dos ataques norteamericanos en el sur.La tensión acumulada en tres semanas de amenazas y aprestos militares norteamericanos contra Irak se ha diluido y en la capital Sadam está gozando de una primavera política que muchos analistas árabes describen como el fruto de una muy bien calculada maniobra para demostrar que, a pesar de las conjuras extranjeras, los ataques militares y los estragos económicos derivados de seis años de implacable bloqueo internacional, el líder iraquí está más fuerte que nunca.

"Es la primera vez que la CIA ha dado en el clavo", afirmaba ayer un funcionario gubernamental aludiendo a las declaraciones de John Deutch, el director de la CIA, que la semana pasada admitió un grave error de cálculo. Deutch, que en 1995 dijo que la caída de Sadam era inevitable "en cuestión de un año" afirmó ante una comisión legislativa estadounidense que los días de Sadam Husein no están en efecto, contados: Todo lo contrario. La situación del dirigente iraquí permanece firme y los 44 misiles norteamericanos lanzados contra objetivos iraquíes principios de mes no han hecho sino afianzar su posición ante los ojos de su pueblo,y exponer graves fisuras en la alianza antiiraquí capitaneada porWashington. Sadam, se concluye con virtual unanimidad enb Oriente Próximo, está más cerca de su pueblo que nunca y eso parece haber aceptado la mayoría de los Gobiernos árabes.

Sobre esto último abundan ejemplos en calles, plazas y puentes de Bagdad, donde las calamidades del embargo internacional parecen haber pasado temporalmente a un segundo plano. "Nuestro presidente Sadam Husein, que Alá vele siempre por él, sabe lo que hace", decía ayer un pescador a orillas del Tigris. "Irak ha demostrado al mundo que jamás se rendirá ante las presiones y que los iraquíes no les tenemos miedo a los norteamericanos". En un taller del barrio de Sheikh Martif, un mecánico llamado Abu Walid dijo: "Los norteamericanos tendrían que aprender del valor de nuestro presidente. Estados Unidos es como uno de esos coches enormes que parecen potentes pero, tienen un motor inservible". No lejos de allí, en una escuela del populoso barrio de El Eksan, niños de 11 y 12 años estaban aprendiendo a cantar una nueva cancion. "¡Oh!, Sadam, ¡oh! querido presidente que nos harás ver el día de nuestra liberación", coreaban. Uno de ellos propuso alegremente ampliar una estrofa para incorporarle un verso: "Como a tí, ¡oh! querido presidente, las bombas de los norteamericanos no nos asustan nada ... ".

. A pesar de todos los esfuerzos norteamericanos, incluyendo los aproximadamente 100 millones de dólares (12.700 millones de pesetas) anuales que Washington supuestamente canaliza a la oposición iraquí, Sadam parece todo menos estar pasando apuros. Del aspecto que presenta durante sus apariciones por la televisión estatal puede deducirse que su salud es bastante buena. Por otra parte, si es que la crisis ha tenido algún impacto dentro del Gobierno, éste es invisible. Sadam mantiene a su Gabinete intacto. Incluso las versiones, difundidas por el Gobierno norteamericano, de que está construyendo más de una docena de palacios son vistas como un síntoma de que el presidente piensa en un largo futuro en el poder y de que se siente firme y no teme ni a sus críticos internos, que podrían denunciar despilfarro.

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