Editorial:

15.000 en 10 años

LA SOCIEDAD mediática condiciona hasta tal punto nuestra sensibilidad que ya sólo la visión de la catástrofe nos alerta de la presencia del riesgo: los muertos contados de uno en uno no impresionan. Sólo las imágenes de Biescas, o del autobús volcado, nos recuerdan los efectos de las tormentas o el peligro de circular por carretera. Apenas hay conciencia del riesgo laboral, excepto en algunas profesiones, como la de minero. Y, sin embargo, 15.000 personas han perdido la vida en España en accidentes de trabajo en los últimos 10 años. El 5,6% de los trabajadores españoles sufre algún accidente c...

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LA SOCIEDAD mediática condiciona hasta tal punto nuestra sensibilidad que ya sólo la visión de la catástrofe nos alerta de la presencia del riesgo: los muertos contados de uno en uno no impresionan. Sólo las imágenes de Biescas, o del autobús volcado, nos recuerdan los efectos de las tormentas o el peligro de circular por carretera. Apenas hay conciencia del riesgo laboral, excepto en algunas profesiones, como la de minero. Y, sin embargo, 15.000 personas han perdido la vida en España en accidentes de trabajo en los últimos 10 años. El 5,6% de los trabajadores españoles sufre algún accidente cada año: una de las tasas más elevadas del mundo desarrollado, la mayor de la Europa comunitaria. El accidente producido el lunes en las instalaciones del complejo petroquímico de Repsol en Puertollano -la explosión de una caldera cuyo aislamiento externo estaba siendo reparado por algunas de las víctimas- ha costado cuatro vidas y ha vuelto a poner en primer plano el problema de la elevada siniestralidad de nuestras empresas.El Ministerio de Trabajo ha anunciado una investigación. Los sindicatos han llamado la atención sobre el hecho de que los trabajadores afectados no. pertenecieran a la plantilla de Repsol, sino a la de empresas subcontratadas para realizar trabajos auxiliares en la misma. De siempre, en las discusiones sobre prevención y seguridad, las centrales han destacado que en sectores donde el riesgo es grande, como la construcción, y no digamos la petroquímica, la presencia de trabajadores eventuales es un factor adicional de peligrosidad: porque tal vez no hayan interiorizado las medidas de seguridad en la misma medida que los trabajadores fijos, y porque su propia situación de precariedad les hace menos exigentes a la hora de plantear a la dirección el cumplimiento o eventual reforzamiento de las medidas de prevención.

No se trata de plantear ahora la elmiminación de la contratación eventual, pero sí de tomar en consideración ese elemento a la hora de diseñar los planes de seguridad de las empresas con factores de riesgo. Es muy posible que en este caso la empresa haya respetado escrupulosamente todas las normas de seguridad. De hecho, un portavoz de la compañía precisó que las dos empresas subcontratadas a cuyas plantillas pertenecían los accidentados llevan 20 años haciendo trabajos auxiliares en la planta de Puertollano, y que esas empresas participan en cursos de seguridad e higiene en el trabajo. La investigación no debería limitarse a determinar las causas físicas de la explosión -se habla de una acumulación de gases que fue prendida por algo o alguien-, sino que habrá de dilucidar si los empleados siniestrados habían sido advertidos de las medidas preventivas a adoptar de oficio en un trabajo de esa naturaleza.

Hace un mes, el Gobierno y los agentes sociales alcanzaron, en la mesa tripartita sobre seguridad y salud en el trabajo, un acuerdo de principio para el desarrollo reglamentario de la nueva Ley de Prevención de Riesgos Laborales. La ley no sólo contempla la evaluación de riesgos de cada centro de producción, sino la obligación de comunicar a cada trabajador cuáles son los peligros potenciales de su puesto y de aplicar los planes de prevención correspondientes, incluyendo la formación en materia de seguridad del propio trabajador.

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En los primeros años setenta, en España se producían más de un millón de accidentes laborales al año, con In balance de unos 2.000 muertos. Actualmente, los accidentes son unos 500.000, de los que graves, en tomo a 10.000, con unos mil muertos anuales. Cifra equivalente a una docena de catástrofes de Biescas. Cada año.

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