El Gobierno sustituye al embajador en Cuba para mostrar su endurecimiento hacia Castro

El Gobierno de José María Aznar ha rescatado a un íntimo colaborador de Aldolfo Suárez, José Coderch, para nombrarle embajador en Cuba y poner así de -manifiesto el cambio de política de España en relación al régimen de Fidel Castro, según indican fuentes de la Administración. El plácet (solicitud de acreditación) ha sido ya pedido a La Habana, pero en Presidencia del Gobierno se prevé que las autoridades cubanas tardarán más de lo habitual en concederlo para poner así de relieve su disgusto ante el recipitado relevo de Eudaldo Mirapeix, que sólo lleva 15 meses en la isla.

Abel Matutes,...

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte

El Gobierno de José María Aznar ha rescatado a un íntimo colaborador de Aldolfo Suárez, José Coderch, para nombrarle embajador en Cuba y poner así de -manifiesto el cambio de política de España en relación al régimen de Fidel Castro, según indican fuentes de la Administración. El plácet (solicitud de acreditación) ha sido ya pedido a La Habana, pero en Presidencia del Gobierno se prevé que las autoridades cubanas tardarán más de lo habitual en concederlo para poner así de relieve su disgusto ante el recipitado relevo de Eudaldo Mirapeix, que sólo lleva 15 meses en la isla.

Más información

Abel Matutes, el ministro de Asuntos Exteriores, no tenía a Eudaldo Mirapeix y Martínez, actual embajador en La Habana, en la lista de jefes de misión que preveía destituir y, a finales de la primavera, le llegó incluso a comunicar que quería seguir contando con él en ese destino.Además, Mirapeix, barcelonés de 53 años, llevaba tan sólo 15 meses en la isla, adonde llegó tras la sonada dimisión de su predecesor, José Antonio San Gil, quien reprochó al anterior Gobierno su benevolencia con la régimen castrista.

La labor de Mirapeix es calificada ante todo de "profesional", aunque algunos responsables del nuevo equipo que dirige la política exterior española le reprochan una excesiva prudencia en sus relaciones y las de sus subodinados con la disidencia y a la hora de hacer gestiones en la cancillería cubana para protestar por los atropellos cometidos contra la oposición.

En su día, curiosamente, la cancillería cubana no acogió demasiado bien el nombramiento de Mipareix, porque era un diplomático cuya carrera estaba estrechamente vinculada hasta entonces con Estados Unidos, pero al cabo de un tiempo el embajador se ganó el aprecio de sus interlocutores oficiales.

Relevo impuesto a Matutes

Lo que más afecta es lo que sucede más cerca. Para no perderte nada, suscríbete.
SIGUE LEYENDO

El relevo de Mipareix le ha venido impuesto a Matutes, como tantos otros cambios en su departamento, desde Moncloa. "Si cambiamos el mensaje es lógico que se cambie al mensajero", comentó un colaborador de Aznar para explicar la sustitución del actual embajador por Coderch.En mayo pasado, el Gobierno anunció la suspensión de toda la cooperación española con Cuba que no fuese estrictamente humanitaria, aunque después matizó algo su postura. Responsables gubernamentales precisaron que España mantendría toda la ayuda de la que se pudiese beneficiar el pueblo cubano lo que incluye, por ejemplo, ayuda a la educación.

El titular de Asuntos Exteriores se encontraba ayer en su isla de Ibiza, donde había reanudado brevemente las vacaciones que interrumpió para asistir el viernes al Consejo de Ministros.

Matutes fue, a finales de julio, el primer miembro del Ejecutivo popular en iniciar su descanso veraniego, aunque también se vio obligado a regresar brevemente a Madrid para recibir al presidente de Colombia, Ernesto Samper.

Coderch, nacido en Castelló de Ampurias (Girona), hace 49 anos, ingresó en la carrera diplomática en 1974 y tan sólo tres años después tuvo una promoción vertiginosa, al ser nombrado secretario general del entonces presidente del Gobierno, Adolfo Suárez, con categoría de director general.

En 1980 fue designado gobernador civil de Barcelona, pero su ascensión meteórica quedó truncada por la llegada del PSOE. En 1983, se incorporó como secretario a la Embajada de. España en Buenos Aires.

Tras una breve incursión en la política -en 1987 fue diputado del Parlamento Europeo por el Centro Democrático Social de Suárez -, Coderch logró, aparentemente, hacerse perdonar sus simpatías centristas y su labor como fontanero en La Moncloa.

En septiembre de 1991 se hizo cargo de la dirección general de relaciones exteriores del Comité Organizador de los Juegos Olímpicos de Barcelona. De la ciudad condal emigró a Amsterdam (Holanda), donde dirigió el Consulado General de España.

En agosto de 1994, el entonces ministro de Exteriores Javier Solana le nombró director de la Escuela Diplomática, un puesto importante pero algo marginal en la carrera diplomática.

Coderch se ha jactado en privado de haber hecho en ese centro "el doble de actividades con la mitad de dinero y sus alumnos y personal docente le dan la razón. Bajo su impulso la escuela que prepara a los futuros diplomáticos ha sido un hervidero de debates y conferencias.

Archivado En