Dorado y Bayo se quejan del trato en prisión

Los ex guardias civiles Enrique Dorado Villalobos y Felipe Bayo Leal, procesados como presuntos autores de secuestros, torturas y asesinatos en el caso Lasa-Zabala, hicieron ayer público un escrito en el que protestan por las "carencias" y "anomalías" en el trato recibido en la prisión madrileña de Alcalá-Meco, en la que permanecen internados.Los dos procesados acusan al director de la cárcel, Jesús Calvo, de entrevistarse con ellos con la excusa de conocer a los presos "de élite" cuando, en realidad, les sometía a un "hábil interrogatorio" sobre sus relaciones con ex altos cargos de Interior ...

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Los ex guardias civiles Enrique Dorado Villalobos y Felipe Bayo Leal, procesados como presuntos autores de secuestros, torturas y asesinatos en el caso Lasa-Zabala, hicieron ayer público un escrito en el que protestan por las "carencias" y "anomalías" en el trato recibido en la prisión madrileña de Alcalá-Meco, en la que permanecen internados.Los dos procesados acusan al director de la cárcel, Jesús Calvo, de entrevistarse con ellos con la excusa de conocer a los presos "de élite" cuando, en realidad, les sometía a un "hábil interrogatorio" sobre sus relaciones con ex altos cargos de Interior como José Barrionuevo, Rafael Vera o Julián Sancristóbal.

Tanto Dorado como Bayo piensan que están sometidos a un "tratamiento individualizado" porque se les niega cualquier petición que realizan, sobre todo en cuanto a falta de atención psiquiátrica. El ex sargento Dorado se queja de que una doctora a la que pidió una pastilla para poder dormir el día de su ingreso le respondiera, según él: "La política del centro con los internos que no pueden dormir es que cuenten ovejitas".

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Los ex guardias se lamentan también de que el departamento que ocupan es un "foco de infecciones" que carece de ventilación y aseguran que la comida que les llevan ha sido previamente manipulada: en una ocasión habrían encontrado "un escupitajo" y en otra "tiza machacada".

También acusan al subdirector, José Camerón, de limitarles las visitas de amigos, medida que fue revocada después de que los dos presos decidieran quedarse en el patio y no subir a sus celdas.

No obstante, ambos ex agentes elogian la "profesional labor" de muchos funcionarios del centro penitenciario, "los cuales saben interpretar de forma progresista y muy humana las restrictivas normas impuestas por la dirección".

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