RELEVO EN EL KREMLIN

Yeltsin se olvida de sus promesas

El presidente inicia hoy su segundo mandato en medio del escepticismo de los que le votaron hace un mes

"Si mañana hubiera elecciones, Borís Yeltsin las perdería". Con este contundente título, un artículo del diario Nezavísimaia Gazeta sintetizaba el periodo de algo más de un mes transcurrido desde el 3 de julio, cuando Yeltsin, que hoy debe jurar su cargo de presidente de Rusia por segunda y última vez, venció al comunista Guennadi Ziugánov en las urnas.El artículo no se basaba en encuestas, pero reflejaba, la sensación de vacío que los rusos experimentan cuando miran hacia el Kremlin en busca de liderazgo político. Para sus conciudadanos, Yeltsin desapareció de nuevo en el limbo donde p...

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"Si mañana hubiera elecciones, Borís Yeltsin las perdería". Con este contundente título, un artículo del diario Nezavísimaia Gazeta sintetizaba el periodo de algo más de un mes transcurrido desde el 3 de julio, cuando Yeltsin, que hoy debe jurar su cargo de presidente de Rusia por segunda y última vez, venció al comunista Guennadi Ziugánov en las urnas.El artículo no se basaba en encuestas, pero reflejaba, la sensación de vacío que los rusos experimentan cuando miran hacia el Kremlin en busca de liderazgo político. Para sus conciudadanos, Yeltsin desapareció de nuevo en el limbo donde pasó los últimos años de su primer mandato. El mes que, en opinión de la comentarista de Nezavísimaia Gazeta, debería haber sido "un castillo de fuegos de artificios de actividad política, de cumplimiento inmediato de las promesas que dependen directamente del presidente, fue mucho más apagado que cualquier otro mes y defraudó las esperanzas de parte del electorado".

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A juzgar por las señales del Kremlin, Yeltsin carece hoy de una estrategia para resolver los dos principales problemas de su mandato: la crisis económica y la guerra de Chechenia.

En el orden del día poselectoral está la revisión de las promesas que Yeltsin repartió a diestro y siniestro en el periodo preelectoral. Un habitante de la ciudad de Kirnry, en la provincia de Tver, cercana a Moscú, sintió que le habían tomado el pelo hace pocos días cuando la empresa del gas local le pasó la factura de Ios atrasos de los aumentos de precio acumulados desde enero de l996". Al parecer, aquellos incrementos de precios fueron secretos durante la campaña electoral.

El Gobierno ruso ha creado una comisión especial que, con el fin de evitar una catástrofe presupuestaria, revisa actual mente las promesas electorales y confecciona una lista de los decretos presidenciales, disposiciones gubernamentales y otros documentos que deben ser abolidos o congelados, según informó el diario Segodnia. El periódico daba, cuenta de la enconada lucha que los diferentes grupos de presión beneficia dos durante la campaña -regiones, organizaciones, empresas y entidades varias- mantienen entre bastidores para no figurar entre los afectados. El éxito o fracaso en esta tarea es una medida de la influencia real en los pasillos del poder. De momento, parecen peligrar los fondos prometidos a algunos sectores militares, programas sociales y para la reconstrucción de Chechenia.

Aumenta la presión social

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Los dirigentes rusos se ven cada vez más presionados por las reivindicaciones de sueldos, pensiones y deudas múltiples que formulan trabajadores, empresas y las administraciones locales de todo el país. El problema de los impagos múltiples y encadenados se ha convertido en una espesa tela de araña. El Estado, que trata de aumentar sus ingresos fiscales a costa de los pequeños. comerciantes y los sectores más débiles, no es capaz de conseguir que algunas de las grandes empresas del país, que gozan de un régimen privilegiado, paguen sus impuestos. Entre las regiones más morosas está la provincia de Tiumen, que cuenta con las mayores reservas petroleras de Rusia, y la república de Yakutia, la tierra de los diamantes.Ante el Consejo de la Federación (la Cámara alta del Parlamento), el primer vicejefe del Gobierno, Oleg Lóbov, calculó ayer en 29,9 billones de rublos los endeudamientos en concepto de sueldos en junio. Según Lóbov, el incremento de la deuda acumulada ante las empresas industriales, agrícolas, de transporte y construcción es de un 8% mensual (frente al 5% del cuarto trimestre de 1995).

Estas cifras y el continuado descenso del PIB (un 5% durante la primera mitad de 1996 en relación al mismo periodo del año anterior) y de la producción industrial (un 4% para el mismo periodo) dan argumentos a quienes pronostican un estallido social en otoño. Las huelgas de los mineros del Lejano Oriente, que han aceptado volver al trabajo sin acabar de recibir satisfacción, pueden reproducirse en cualquier momento. Los paros se han convertido en un fenómeno cotidiano, sincopado con transferencias parciales que evitan acciones desesperadas.

La crisis económica puede propiciar un fortalecimiento de las tendencias nacionalistas y antioccidentales en Rusia, ad vierte el prestigioso analista ígor Khanikin. El Kremlin, señala Kliamkin, puede asumir las ideas nacionalistas como respuesta a las presiones de la oposición. En clave nacionalista razona el general Alexandr Lébed, que ha defraudado las esperanzas de quienes espera ban de él una solución para la guerra de Chechenia, que Moscú reanudó sin contemplaciones después de los comicios y pese a las promesas de Yeltsin. Lébed se ha mostrado hostil a la presencia en Chechenia de la misión de la OSCE (Organiza ción de Seguridad y Coopera ción en Europa), la entidad que ha asegurado un marco para las conversaciones de paz en la república caucásica.

El general no acaba de entender por qué una "organización internacional" (de la que Rusia, por cierto, es miembro) actúa en una "crisis interna".

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