Escepticismo en EE UU ante la promesa de Dole de reducir impuestos

Bajo la promesa de continuar el legado de Ronald Reagan, el candidato republicano a la presidencia norteamericana, Robert Dole, ofrece una masiva reducción de impuestos como pieza central de su programa económico y como trampolín para la conquista de la Casa Blanca el próximo mes de noviembre. Esta estrategia ha sido recibida, por ahora, con escepticismo por la opinión pública, que duda de que Dole pueda cumplir el milagro de aliviar las cargas fiscales sin perjudicar al mismo tiempo el estado general de la economía de Estados Unidos.

Un 75% de los norteamericanos, según una encuest...

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Bajo la promesa de continuar el legado de Ronald Reagan, el candidato republicano a la presidencia norteamericana, Robert Dole, ofrece una masiva reducción de impuestos como pieza central de su programa económico y como trampolín para la conquista de la Casa Blanca el próximo mes de noviembre. Esta estrategia ha sido recibida, por ahora, con escepticismo por la opinión pública, que duda de que Dole pueda cumplir el milagro de aliviar las cargas fiscales sin perjudicar al mismo tiempo el estado general de la economía de Estados Unidos.

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Un 75% de los norteamericanos, según una encuesta de la cadena de televisión ABC, cree que es imposible recortar los impuestos sin aumentar el déficit público. Un 47%, de acuerdo a un sondeo del diario The New York Times y la cadena CBS, considera que rebajar los impuestos de forma general en un 15%, como promete Dole, es un error. Sólo un 36% respalda la idea.Bob Dole, que será oficialmente denominado candidato por su partido en la convención republicana que se celebrará la próxima semana en San Diego (California), tiene menos de tres meses para convencer a los norteamericanos de que sus promesas, que constituyen una combinación de populismo y de ultraliberalismo, son viables.

"Vamos a equilibrar el presupuesto, reducir impuestos y eliminar el peso muerto del Estado para rescatar de nuevo el potencial completo del pueblo norteamericano", dijo Dole al presentar su programa económico, el pasado lunes. La receta del candidato republicano radica en la convicción de que la reducción de impuestos favorece la inversión, de que ésta acelera el crecimiento y de que, con más crecimiento y menos gasto público, las arcas del Estado se llenan y el déficit se acaba. Los puntos principales de esa receta son:

- Un recorte del 15% sobre los impuestos por los ingresos con carácter general.

- 50% de reducción de los impuestos sobre los beneficios del capital.

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- 500 dólares de reducción por cada hijo.

- Reducción de impuestos de los créditos destinados a la educación.

- Una familia media, compuesta por cuatro personas y con ingresos de 35.000 dólares al año, verá sus impuestos reducidos a la mitad.

- 183,000 millones de dólares de recortes de diferentes programas públicos, excepto los militares.

- Un crecimiento medio anual del 3,5%, que dará al fisco unos ingresos extra de unos 147.000 millones de dólares.

- Eliminación del déficit público para el año 2002.

Equilibrio

Con las reducciones de impuestos, el Estado dejará de ingresar 548.000 millones de dólares en los próximos seis años. Pese a eso,. según Dole, el presupuesto público quedará equilibrado gracias al dinamismo que alcanzará la economía norteamericana.Muchos economistas son tan escépticos como la opinión pública, y juzgan el plan de Dole como un programa estrictamente político, que no da respuestas a los problemas principales, como son: ¿de dónde va a salir el dinero para pagar los déficit de los sistemas de pensiones y de asistencia sanitaria? y ¿cómo va a conseguir apoyo político en el Congreso para acometer los recortes de los demás programas públicos?

El presidente Bill Clinton, que confía en que la economía tiene actualmente suficiente energía como para no necesitar el estímulo de las rebajas fiscales, cree que el plan de Dole abortaría la presente trayectoria para acabar con el déficit público en el plazo, de seis años. -"Estoy radicalmente opuesto", ha dicho el presidente, "a repetir los errores que se han cometido antes y a hacer grandes recortes de impuestos por los que no podemos pagar".

Por ahora la opinión pública parece dar la razón al presidente Clinton. Un 68% de la población, según la encuesta de The New York Times, se opone a las reduccciones de impuestos si éstas ponen el peligro la eliminación del déficit, y más de un 50% confiesan no estar tan preocupados por el estado actual de la economía como para apostar por fórmulas tan arriesgadas como la de Dole.

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