El turbio fondo de la bahía

A última hora de la tarde del jueves, en East Moriches (Nueva York), dos jóvenes regresaban de una excursión en moto acuática por la bahía. "Ahí fuera huele a gasolina y hemos visto cantidad de trozos de avión", dijeron. "También hemos visto dos restos humanos, pero no los hemos tocado".La lista de pasajeros facilitada a última hora de la noche por la TWA; las imágenes de trabajadores ataviados con monos blancos herméticos; el emotivo encuentro celebrado en Montoursville (Pensilvania), de donde habían partido 16 estudiantes y 5 profesores; los voluntarios llorando a bordo de sus barcos entre u...

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A última hora de la tarde del jueves, en East Moriches (Nueva York), dos jóvenes regresaban de una excursión en moto acuática por la bahía. "Ahí fuera huele a gasolina y hemos visto cantidad de trozos de avión", dijeron. "También hemos visto dos restos humanos, pero no los hemos tocado".La lista de pasajeros facilitada a última hora de la noche por la TWA; las imágenes de trabajadores ataviados con monos blancos herméticos; el emotivo encuentro celebrado en Montoursville (Pensilvania), de donde habían partido 16 estudiantes y 5 profesores; los voluntarios llorando a bordo de sus barcos entre una cosecha acuática de asientos, agendas, bolsos, zapatos... Todo esto ha contribuido en las últimas horas a proporcionar un desgarrador retrato humano de la tragedia del vuelo 800 de la TWA. "Nos han dicho que no miremos a los muertos a la cara", dijo el jueves por la radio un trabajador de la Guardia Marina.

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En las aguas de la costa sur de Long Island, los equipos de rescate habían sacado ayer cuatro toneladas de chatarra y múltiples objetos personales sin señal de quemaduras. Y los primeros submarinistas empezaron a descender al turbio fondo de la bahía.

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