La pistola con la que mataron a Farías era un arma militar

El asesinato el domingo del millonario brasileño Paulo César Farías, de 51 años, ofrece derivaciones inesperadas al trascender que el arma de la que partieron los disparos fatales sobre el empresario y su novia, Suzana Marcolino, de 28 años, estaba registrada como propiedad de la policía militar del Estado de Alagoas y que no tenía huellas digitales.El comandante de ese cuerpo, el coronel Joao Evaristo Santos Filho, declaró ayer a una radio de Río de Janeiro que la policía había vendido el arma a un soldado y que luego éste la habría revendido. Siguiendo a los sucesivos compradores y vendedore...

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El asesinato el domingo del millonario brasileño Paulo César Farías, de 51 años, ofrece derivaciones inesperadas al trascender que el arma de la que partieron los disparos fatales sobre el empresario y su novia, Suzana Marcolino, de 28 años, estaba registrada como propiedad de la policía militar del Estado de Alagoas y que no tenía huellas digitales.El comandante de ese cuerpo, el coronel Joao Evaristo Santos Filho, declaró ayer a una radio de Río de Janeiro que la policía había vendido el arma a un soldado y que luego éste la habría revendido. Siguiendo a los sucesivos compradores y vendedores, la policía llegó al hijo del alcalde de un pequeño pueblo de Alagoas, quien declaró que el día 14 vendió el revólver a Suzana Marcolino.

La rapidez y precisión de las investigaciones sobre el destino del arma sorprendieron a un funcionario de la policía federal, quien, en conversación telefónica con EL PAÍS, desestimó la versión de Santos Filho. El médico forense George Sanguinetti denunció que el informe técnico "Fue arreglado por las autoridades, para atender los intereses de la familia Farías".

El ministro de Justicia, Nelson Jobim, y el fiscal general de la República, Geraldo Brindeiro, también criticaron la rapidez con que la policía local expuso sus conclusiones cuando la investigación apenas empezaba. A pesar de que las investigaciones son de jurisdicción provincial, el jefe de la policía federal, Vicente Chelotti, se propone realizar una pesquisa paralela, ya que no confía en la policía local y adelantó que quizás pida la exhumación de los cuerpos para realizar una nueva autopsia. Pocos en Brasil creen la tesis del crimen pasional en la muerte del hombre de confianza del ex presidente Fernando Collor de Melo.

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