Mubarak triunfa, Gaddafi gana

El mundo árabe vuelve a tener un líder indiscutible. Hosni Mubarak se ha revelado tanto en la preparación de la cumbre como en el desarrollo de ésta como el único capaz de poner orden en este conflictivo universo. Convencidos de que se acercan tiempos difíciles, los árabes han entregado el bastón de mando al rais.

En un perfecto juego malabar, Mubarak ha sido capaz de sentar a unos con otros dentro y fuera del Palacio de Congresos. Mediador incansable, ha organizado reuniones a tres o a cuatro que parecían inimaginables. Quienes en público no se han dado la mano, como Yasir Arafa...

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El mundo árabe vuelve a tener un líder indiscutible. Hosni Mubarak se ha revelado tanto en la preparación de la cumbre como en el desarrollo de ésta como el único capaz de poner orden en este conflictivo universo. Convencidos de que se acercan tiempos difíciles, los árabes han entregado el bastón de mando al rais.

En un perfecto juego malabar, Mubarak ha sido capaz de sentar a unos con otros dentro y fuera del Palacio de Congresos. Mediador incansable, ha organizado reuniones a tres o a cuatro que parecían inimaginables. Quienes en público no se han dado la mano, como Yasir Arafat y Muammar el Gaddafi, se han reunido en privado. Otros, como Hafez el Asad y el rey Hussein, tras el primer empuje de Mubarak -se ignoraban desde mayo de 1994 por la oposición siria al acuerdo de paz jordano con Israel- se sentaron el sábado juntos en la cena de gala y no pararon de hablar. El más difícil todavía fue la reunión de ayer entre Asad, Gaddafi y el príncipe heredero de Kuwait.

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El líder libio es, tras Mubarak, quien más sale ganando de El Cairo. No sólo llegó violando el embargo aéreo de la ONU, sino que se fue de la misma forma: ''El que le escoltemos al aeropuerto no quiere decir que apoyemos la violación del embargo", señaló entre sonrisas el ministro de Exteriores egipcio, Arnr Musa. Lo más importante es que el comunicado final considera que las sanciones impuestas por la ONU "son demasiado duras sin razón", e indica que, si no se levantan, los "Estados árabes pueden buscar medios" para evitar mayores sufrimientos al pueblo libio.

Propuesta de federación

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El comunicado estima que se "ha retrasado significativamente la solución de la crisis" desatada por la exigencia de Washington y Londres a Trípoli de entregar a dos sospechosos del atentado de Lockerbie. E insiste en que la solución "apropiada" es la de la Liga Árabe de que los sospechosos tengan un juicio "neutral y justo" en La Haya.

Un Gaddafi radiante se presentó ante los periodistas y se permitió el lujo de expulsar de su conferencia de prensa a un reportero y dos cámaras israelíes. Señaló el coronel que el "gran logro" de la cita de El Cairo ha sido la decisión de discutir su "propuesta de una federación árabe en la próxima cumbre de Damasco", que según aseguró será en 1997. Y en el estilo único que le caracteriza, libio afirmó que prefiere, antes que a Peres, a Netanyahu, porque habla "sin hipocresía". Indicó que seguirá expulsando palestinos porque es la "evidencia del apoyo libio" a la autonomía palestina acordada con Israel. Tras la firma de ésta, Gaddafi expulsó a miles de palestinos para que "volviesen a sus casas", 200 de ellos siguen en tierra de nadie entre Egipto y Libia. Y a la pregunta de un periodista kuwaití, señaló que era "mejor" que su país se uniera a Arabia Saudí, porque así, en lugar de "estar defendido por un poder extranjero, estaría defendido por un árabe".

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