Un caballo con cargas

La comunidad se comprometió por escrito a pagar los 97 millones que costó el semental belga 'Madrid'

El semental y saltador belga Remondo, rebautizado Madrid, es hoy una pesada carga para el Gobierno de Alberto Ruiz-Gallardón (PP), que teme perder 107 millones por el mal paso del animal. El aval de la Comunidad de Madrid a la Federación Española de Hípica para la adquisición del caballo fue en realidad una compra encubierta. Las arcas públicas deberán responder ahora del tropezón, aunque en su día los dirigentes regionales aseguraron que el coste de la operación sería tan sólo de 10 millones de pesetas, el coste de los intereses del préstamo, que asumía la Comunidad como avalist...

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El semental y saltador belga Remondo, rebautizado Madrid, es hoy una pesada carga para el Gobierno de Alberto Ruiz-Gallardón (PP), que teme perder 107 millones por el mal paso del animal. El aval de la Comunidad de Madrid a la Federación Española de Hípica para la adquisición del caballo fue en realidad una compra encubierta. Las arcas públicas deberán responder ahora del tropezón, aunque en su día los dirigentes regionales aseguraron que el coste de la operación sería tan sólo de 10 millones de pesetas, el coste de los intereses del préstamo, que asumía la Comunidad como avalista de la operación.La cláusula novena del contrato que la Comunidad firmó el 27 de diciembre de 1995 con la Federación Hípica desmiente a los responsables del PP: "Al vencimiento del préstamo [de 97 millones contratado por la Federación Hípica con el Banco Central Hispano], el Instituto Madrileño de Desarrollo de la Comunidad procederá al pago del principal [97 millones] y los intereses del mismo [10 millones]". En esta misma cláusula se establece que antes de la devolución del préstamo (prevista para el 27 de diciembre de 1996) la Federación entregará a la Comunidad el caballo, "cuya titularidad pasará a ser del avalista, con lo que quedará extinguido cualquier tipo de responsabilidad por parte de la federación frente a la Comunidad".

El aval fue atípico, pues señalaba que el avalista devolvería el préstamo, reconociendo de antemano la insolvencia de la federación, que carece de presupuesto para asumir una operación de 107 millones de pesetas. De hecho, Madrid es el primer caballo en propiedad que tiene la federación.

La Operación Madrid fue diseñada para promocionar en el exterior la imagen de la Comunidad con la ayuda del caballo, que debería participar en los Juegos Olímpicos de Atlanta. Pero si, como ha ocurrido por una desafortunada lesión, el saltador no conseguía la clasificación, nadie respondía del fracaso. La cláusula octava del contrato señala: "La no participación del caballo Madrid en los Juegos Olímpicos de Atlanta 96 por casos fortuitos de fuerza mayor no dará lugar a responsabilidad de clase alguna a cargo de la Federación Española de Hípica".

El Instituto Madrileño de Desarrollo siempre estuvo seguro del buen producto que habían adquirido. A principios de año, Ignacio de la Vega, director general de este organismo, confirmó a este periódico que había recibido ofertas de ganaderos argentinos y brasileños para comprar el animal (véase EL PAÍS del 27 de febrero pasado). Las mismas ofertas que ayer explicó en la Asamblea de Madrid el consejero de Economía, Luis Blázquez. Aunque añadió que desconocía si los compradores seguían interesados.

No perder dinero

Esta pintoresca aventura política inquieta al Gobierno regional. La principal preocupación expresada por Ruiz-Gallardón a sus colaboradores es no perder demasiado dinero en la compraventa.La fracasada historia arrancó el 19 de diciembre de 1995, cuando el presidente de la Federación Española de Hípica, Carlos Cebriá Cebriá, escribió una carta al presidente regional, Alberto Ruiz-Gallardón, en la que ofrecía la posibilidad de comprar un caballo belga con el aval público de la Comunidad a cambio de aprovechar al animal como soporte publicitario.

La carta, que carece de registros de entrada y salida, recibió una respuesta urgentísima. El Partido Popular tardó 24 horas en apostar por el caballo con dinero público. El día 20 de diciembre, el consejero de Economía, Luis Blázquez, escribió a la federación aceptando la propuesta, aunque esta carta tampoco tiene registros. En el documento que registró el acuerdo se incluyó una curiosa sexta cláusula por la que la Comunidad de Madrid proponía qué jinete montaría al caballo. El elegido fue Cayetano Martínez de Irujo, hijo de la duquesa de Alba. En la cláusula se establecía que "cualquier cambio en esta designación e jinete" debía ser autorizada por la Comunidad. En ninguna línea se establecían criterios deportivos para decidir el nombre del jinete.

Fue Cayetano Martínez de Irujo quien descubrió las grandes posibilidades de Madrid para competir en Atlanta. Una lesión desbarató los planes y dejó fuera de juego al Gobierno regional.

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